Los parches son más indicados para quienes metabolizan más lentamente el alcaloide

Un trabajo muestra de qué depende el éxito del método elegido para abandonar el tabaco

El estudio abre las puertas a las terapias personalizadas

JAIME PRATS / NOTICIA MATERIA

Al tomar la decisión de dejar de fumar, buena parte del éxito dependerá del método elegido. No todas las terapias resultan igual de eficaces en personas distintas. Por ello, más que en encontrar nuevos fármacos, los investigadores están centrando sus esfuerzos en definir qué perfil de fumador se ajusta mejor a cada una de las terapias que ya existen en el mercado, ya sea la sustitutiva (parches, chicles, caramelos o aerosoles bucales de nicotina) o medicamentos como la vareniclina.

La clave, según las conclusiones que un grupo del Abramson Cancer Centre de la Universidad de Pensilvania publica en Lancet Respiratory Medicine, está en la rapidez con la que se elimina la nicotina del cuerpo. Las personas que la metabolizan a un ritmo normal se benefician más de la vareniclina, pero los parches son más indicados para quienes se deshacen del alcaloide de forma más lenta, de acuerdo con los resultados de un ensayo clínico en el que han participado 1.246 personas. El hallazgo abre las puertas a los tratamientos individualizados.

“Es un trabajo precioso y está elaborado por especialistas muy prestigiosos; de lo mejor que hay en tabaquismo”, comenta Carlos Jiménez Ruiz, director del programa de investigación en tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Por su importancia, Jiménez Ruiz vaticina al estudio una gran repercusión clínica directa, un aspecto que también plantea en el artículo Caryn Lerman, la autora principal. Aunque primero habrá que esperar a que otros científicos lo repliquen.

La investigación no llega a tiempo de ayudar a los miles de fumadores que estos primeros días del año se han propuesto dejar de fumar: aún no se puede ir a una farmacia a hacerse un análisis para determinar si uno es del grupo que metaboliza más rápido o más lento la nicotina. Pero Jiménez Ruiz confía en que no pase demasiado tiempo hasta que sea posible. “Este tipo de análisis está ya muy estandarizado y aunque aún no son accesibles para el público en general, no sería demasiado difícil conseguirlo, cuanto más se demandaran más baratos serían”, comenta.

La nicotina es el principal compuesto adictivo del tabaco, y el desencadenante de los procesos de recompensa, dependencia y placer que hacen tan complicado dejar de fumar. Al abandonar el tabaco, el cuerpo tarda entre una semana y diez días en deshacerse de esta sustancia y quedar limpio del alcaloide. Pero el ritmo depende de cada persona, como han observado los investigadores.

De los 1.246 participantes en el ensayo (fumadores en proceso de deshabituación) había 662 “metabolizadores lentos”, según la terminología empleada por los investigadores y 584 “metabolizadores normales”. Todos ellos se dividieron en tres grupos, en función del tratamiento que se les administró durante 11 semanas. En un caso fue el parche de nicotina con una pastilla como placebo; en otro la píldora de vareniclina y un parche falso; y en tercer lugar un comprimido y un parche ficticios.

Los investigadores observaron que entre los que eliminaban la nicotina antes, la vareniclina era más eficaz. Al cabo de las 11 semanas (el resultado se mantuvo a largo plazo) el 40% de los que habían tomado el fármaco seguían sin fumar comparado con el 22% de los que habían sido tratados con parches. En este grupo de personas (los llamados metabolizadores normales) los niveles de nicotina caen de forma más rápida, por lo que se perciben de forma más aguda los síntomas del síndrome de abstinencia como la irritabilidad, la ansiedad o el nerviosismo; y la tentación de recaer es mayor. Frente a la terapia sustitutiva (en parches, chicles o bajo cualquier otra modalidad) la vareniclina tiene la ventaja de que el fármaco no solo estimula los receptores de la nicotina en las neuronas, sino que los bloquea. De esta forma, si se produce alguna recaída puntual -lo que suele ser frecuente entre las personas que están dejando de fumar-, no se obtiene la sensación de placer que se desea. A ello se suma que estimula la producción de dopamina, y la sensación de bienestar resultante compensa los síntomas de la abstinencia. “La doble acción estimulante y bloqueante es clave en su eficacia en estas personas”, apunta Jiménez Ruiz.

La vareniclina provocó un mayor número de efectos adversos (sensación de angustia, fundamentalmente) entre el grupo de quienes metabolizan de forma más lenta la nicotina. Como la eficacia en este grupo entre el parche y el medicamento fue similar, la recomendación en este grupo es que aporta más beneficio el uso del parche.

En España, el 24% de la población por encima de los 15 años es fumadora

“Estos hallazgos subrayan el hecho de que la dependencia al tabaco es una condición heterogénea y que los tratamientos para dejar el hábito no son igual de efectivos para todos los fumadores”, comenta Caryn Lerman, del Centro de Investigación Interdisciplinaria sobre Adicción a la Nicotina de la Universidad de Pensilvania.

En España, el 24% de la población por encima de los 15 años es fumadora. Las terapias más usadas para dejar de fumar son la sustitutiva (en un 50% de los casos) y la vareniclina (40%), según los datos de la SEPAR. El 10% recurre a otro medicamento (bupropion), cada vez más minoritario al ser menos eficaz que la vareniclina y presentar más efectos adversos y más interacciones con otros fármacos.