Tres hospitales de España comienzan a aplicar la biopsia a través de la sangre, una técnica que facilita elegir el mejor tratamiento para cada tumor

DANIEL MEDIAVILLA / NOTICIA MATERIA

“La sangre es como el vertedero del cuerpo humano”, recuerda Josep Tabernero, director del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO). Como los investigadores que hurgan en la basura en busca de pistas para resolver un crimen, los médicos llevan décadas analizando la sangre humana en busca de señales de la enfermedad. Ahora, en los albores de la medicina de precisión, cuando se quiere cortar un tratamiento a la medida de cada paciente, las muestras sanguíneas van a cobrar aún mayor relevancia como arma contra el mal que más mata en el mundo desarrollado: el cáncer.

Más de la mitad de los pacientes de cáncer de colon tienen una mutación que hace que no respondan a algunos tratamientos

La semana pasada, en Barcelona, se realizó la presentación oficial de una tecnología que aplicará a los pacientes la biopsia líquida para buscar en su sangre señales del tipo de tumor al que se enfrenta. El VHIO es ya el primer centro del mundo en el que con una muestra de sangre se podrá conocer si quienes sufren cáncer colorrectal con metástasis tienen o no la mutación del gen RAS. Esta información es útil para poder predecir cómo va a funcionar un tratamiento en un caso concreto. Entre el 55% y el 65% de los pacientes con este tipo de cáncer tienen la mutación y no responden a la terapia con cetuximab y panitumumab, que es eficaz para otras variantes genéticas.

Hasta ahora, para obtener esa información, los médicos necesitaban realizar una biopsia de tejido sólido o un procedimiento quirúrgico con el que obtener un pedacito de tumor para analizarlo. Estos procedimientos son invasivos, incómodos para el paciente y no se pueden repetir con frecuencia. En una enfermedad como el cáncer, con una gran capacidad de adaptación a las circunstancias y a los tratamientos, manejar información actualizada puede ser crítico para elegir las herramientas de combate. La aparición de una mutación en RAS puede obligar a cambiar el rumbo de un tratamiento que hasta ese momento estaba teniendo éxito.

La biopsia líquida es menos invasiva y proporciona más información sobre el cáncer y más rápido

Otra de las ventajas de la biopsia líquida, que no sustituirá a la sólida sino que la complementará, es el tiempo necesario para obtener los resultados, que será de dos o tres días. Además, según explicó Tabernero, la información obtenida de la sangre “es más representativa de lo que está sucediendo en el organismo que la de una biopsia de un tejido concreto”.

La tecnología necesaria para desarrollar este tipo de pruebas ha sido desarrollada por la compañía Sysmex Inostics y será implantada internacionalmente por la farmacéutica Merck. Junto al VHIO, ya hay otros centros en España que están trabajando con estas dos empresas para implantar la técnica en sus centros.

Uno de ellos es el Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Su jefe de Oncología Médica, Eduardo Díaz Rubio, comenta que aún están en fase de investigación. “Todavía no tenemos el conocimiento necesario para tomar decisiones con esta información, porque aún tenemos que validar que lo que se encuentra en la sangre es lo mismo que encontramos en las biopsias de tejido”, apunta. No obstante, asegura que “en pocos meses la biopsia líquida será una realidad” y se convertirá en una mejor herramienta “para saber cuáles son los pacientes que realmente se están beneficiando de un tratamiento y no castigar a un paciente con un tratamiento que no funciona”.

Dada su sofisticación y la necesidad de un personal con una formación específica en biología molecular para aplicarla, la tecnología no estará presente en todos los hospitales. Jesús García-Foncillas, director del Departamento de Oncología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, otra de las instituciones que ya está trabajando con Merck y Sysmex para aplicar la biopsia líquida, explica que los pacientes de centros donde no se realice la prueba también podrán beneficiarse de ella. “Cuando haya un paciente con cáncer de colon, y su médico quiera saber si tiene el gen RAS mutado, podrá llamar a una línea caliente para que le recojan la muestra de sangre en un recipiente especial y lo lleven al laboratorio para analizarlo”, afirma.

Según explica Belén Garijo, miembro del Comité Ejecutivo de Merck, está previsto que durante los próximos tres años la tecnología esté disponible en 50 centros de toda Europa. Por su parte, Fernando Andreu, presidente de Sysmex Inostics, asegura que su compañía ya trabaja en el desarrollo de análisis para genes relevantes en la respuesta a tratamientos en cáncer de pulmón y mama.