La Fundación Uno entre Cien Mil entrega 75.000 euros aportados por más de 20.000 personas a un proyecto para combatir la leucemia infantil

DANIEL MEDIAVILLA / NOTICIA MATERIA

Hace tres años y medio a José Carnero le ocurrió una desgracia improbable. A su hijo Guzmán, de 3 años, le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda (LLA), un tipo de cáncer de la sangre que aparece cuando la médula ósea produce demasiados glóbulos blancos inmaduros. Solo tres de cada 100.000 niños padecen esta enfermedad, pero esa rareza agrava el problema de quienes la sufren: al tener menos interés comercial, la investigación para combatir esta leucemia también recibe una financiación menor. Frente a esa situación dramática, Carnero decidió  que no pelearía solo con su hijo y su familia. Creó el blog Uno entre cien mil para compartir su experiencia con otras personas en circunstancias similares y puso en marcha una fundación con el mismo nombre. Ayer, con su hijo ya recuperado, entregó 75.000 euros de la primera beca de investigación en leucemia infantil de su fundación.

Durante el acto de entrega, celebrado en la sede de la Asociación Española de Pediatría en Madrid, Carnero recordaba que, al ver que en España no se investigaba más porque no había fondos, decidieron lanzar el proyecto Corre contra la leucemia infantil. Con un dorsal solidario que se puede conseguir a partir de un euro en la web de la fundación, más de 20.000 personas hicieron una aportación que permitirá financiar un proyecto de investigación este año. “Esta es la muestra de que poco esfuerzo de muchos puede suponer un gran cambio”, afirmaba Carnero, publicista de profesión. A partir de ahora, desde la fundación seguirán trabajando para otorgar una ayuda similar todos los años.

“El cáncer infantil es una enfermedad rara: supone menos del 1% de todos los casos de cáncer”, explicaba Tomás Acha, presidente de la Sociedad Española de Oncología Pediátrica. Eso, recordaba, hace que la industria aporte menos a la búsqueda de tratamientos para el cáncer infantil. Como dato positivo, Acha apuntaba que “la supervivencia ha mejorado en torno al 30% en las dos últimas décadas, debido en gran medida a los nuevos tratamientos”, pero reclamaba algunas mejoras para progresar, como la inclusión de niños en el ensayo de nuevos fármacos contra el cáncer.

Una molécula que fomenta el cáncer y lo combate

Un camino para mejorar es también el que se emprenderá con el proyecto becado, elegido en un concurso público en el que competían ocho más. Sus responsables, Manuel Ramírez Orellana, oncólogo pediatra del Hospital Niño Jesús de Madrid, y Ángeles Vicente, investigadora de la Universidad Complutense, han identificado un marcador relacionado con las recaídas en niños con LLA que no tienen mal pronóstico. Se trata de las proteínas BMP4, un tipo de moléculas esenciales en el desarrollo embrionario que en los últimos años han mostrado un papel ambivalente en el desarrollo del cáncer, fomentándolo en algunos casos y entorpeciéndolo en otros.

El 80% de los niños que padecen leucemia linfoblástica aguda la superan

Los investigadores estudiarán, tanto en niños como en modelos animales, cuál es la relación entre la expresión de esta proteína en su organismo y el riesgo de recaída. De esta manera, según ha explicado Ramírez Orellana, podrán “utilizar este marcador como criterio para aplicar un tratamiento más intensivo desde el principio a los niños con más riesgo”. Además de emplearse como medio para que los médicos puedan tomar las decisiones más adecuadas para cada niño, según ha indicado Ángeles Vicente, conocer la relación entre la alteración de estas proteínas y el cáncer puede servir también para emplearlas como diana terapéutica. Si se descubriese, por ejemplo, que una presencia excesiva de BMP4 está relacionada con el desarrollo del cáncer, se podría diseñar un medicamento para devolver los niveles de la proteína a la normalidad y atajar la enfermedad.

Aunque el 80% de los niños que padecen LLA la superan, aún queda un 20% por el que los investigadores quieren seguir peleando. Además, la recaída es, en palabras de Carnero, “un oscuro fantasma que persigue” a los padres y que puede ser letal, aunque en el futuro, con ayuda de investigadores como Orellana y Vicente, debería serlo menos. Hace tres años, el padre de Guzmán recibió una noticia improbable y reaccionó de una manera infrecuente. Su respuesta ya está ofreciendo un poco más de esperanza a las personas que hoy puedan encontrarse en una situación que él y su familia empezaron a superar hace más de tres años.