Los métodos anticonceptivos de larga duración han probado su eficacia frenando los embarazos entre chicas en EEUU. En España, apenas hay menores de 25 años que los usen

JAVIER SALAS / NOTICIA MATERIA

Alrededor de 16 millones de jóvenes de entre 15 y 19 años dan a luz cada año en el mundo. Como consecuencia de estos embarazos, unas 70.000 de ellas mueren y al menos dos millones desarrollan algún tipo de enfermedad crónica o discapacidad. Según la Organización Mundial de la Salud, estos embarazos se dan a pesar de que las adolescentes no están lo suficientemente maduras física, emocional y socialmente para ser madres. Y la forma más sensata de retrasar estos partos es mediante el uso de métodos anticonceptivos y una correcta formación en la sexualidad, que en muchos casos no llegan hasta las jóvenes.

Son los más eficaces y también los más seguros para la salud”, explica un experto

¿Cambian las cosas cuando las chicas son correctamente informadas y tienen a su disposición contraceptivos gratuitos? Drásticamente, como acaba de mostrar un equipo de investigadores de la Universidad de Washington en San Luis, que han estado trabajando durante tres años con 1.400 adolescentes para incentivar que usaran métodos anticonceptivos de larga duración. Este tipo de sistemas, esencialmente el DIU o los implantes anticonceptivos —que extienden sus efectos entre tres y cinco años—, se consideran los más efectivos para evitar embarazos no deseados y están además entre los más seguros para la salud de la mujer.

Mitos e ideas erróneas

Durante dos o tres años, en función de la evolución de las chicas, el programa CHOICE tumbó las barreras que alejan habitualmente a las mujeres jóvenes de estos métodos duraderos y estables. El resultado al final del estudio fue considerable: la tasa de embarazos entre estas jóvenes fue de 34 por cada 1.000 frente a la tasa de 57,4 de la media nacional entre esas edades y de 158,5 entre adolescentes sexualmente activas. La tasa de abortos entre estas chicas fue de 9,7 por 1.000, frente a la media nacional de 14,7 y la tasa de 41,5 entre chicas sexualmente activas.

“La diferencia es notable”, señala Jeffrey Peipert, autor principal de este estudio. Según explica este ginecólogo, “muchas adolescentes no son conscientes de que los DIU y los implantes son los métodos más eficaces y seguros”. “Familia y amigos pueden tener recelos acerca de los DIU debido a ideas erróneas y mitos”, lamenta. A esto se suma que incluso los propios médicos consideran en muchos casos que no es un método apropiado para las adolescentes, a pesar de sus ventajas. Además, en el caso de EE UU, estos métodos pueden suponer unos costos iniciales considerables —aunque a la larga sea más barato— que rondan los 700 dólares (unos 550 euros) por el propio dispositivo y hasta 1.000 dólares (casi 800 euros) al sumarle el coste de la inserción.

El uso de DIU redujo hasta cinco veces el número de abortos

Al explicarle sus bondades y, sobre todo, al ofrecérselo de forma gratuita, el 72% de las chicas optaron por usar el DIU o el implante, frente al 5% de las chicas de su edad en EE UU. En España, el último informe del Observatorio de Anticoncepción, Salud Sexual y Reproductiva muestra que no hay menores de 20 años usando DIU ni menores de 25 usando implantes. “El resultado de nuestra encuesta en estos datos es de 0%, lo que no quiere decir que no haya ninguna, sino que deben ser casos escasísimos”, explica el presidente de la Fundación Española de Contracepción, José Vicente González Navarro, sobre estos datos recién publicados. Y esto a pesar de que, al contrario de lo que ocurre en EE UU, estos métodos sí cuentan en España con financiación total o parcial por parte de Sanidad, en función de las distintas comunidades autónomas.

El DIU, o dispositivo intrauterino, es una pequeña pieza de plástico en forma de T que se introduce y permanece en el interior del útero impidiendo que los espermatozoides fertilicen el óvulo, y que puede estar impregnado con una hormona (progestina) que frena la ovulación. Los implantes anticonceptivos consisten en una varilla del tamaño de una cerilla que se implanta bajo la piel del brazo y que libera durante tres años la progestina.

“La mentalidad de uso de anticonceptivos es muy distinta en EE UU respecto a España. Aquí hay más reticencias”, asegura González Navarro. La ventaja, explica este ginecólogo, es que al ser de larga duración su eficacia es muy larga. “No depende del cumplimiento, de que la chica o su novio se acuerden de tomar una pastilla o de ponerse el preservativo, una vez implantado previene los embarazos durante tres o cinco años. Por eso son los más eficaces y también los más seguros para la salud”, defiende este experto.