Un equipo de investigadores descubre una autopista de viento a dos kilómetros de altura que transporta patógenos desde los gigantescos maizales chinos hasta los núcleos habitados de Japón y EEUU. “No se conocía esta vía de propagación para ninguna enfermedad humana”, sostiene uno de los autores

MANUEL ANSEDE / NOTICIA MATERIA

Aunque parezca imposible, algo une la muerte del hijo del actor John Travolta en EEUU, la existencia de gigantescos campos de maíz en el noreste de China y al grupo musical La Oreja de Van Gogh cantando en catalán. Es una autopista de viento a unos dos kilómetros de altura que, presuntamente, transporta toxinas potencialmente mortales de un lado a otro del océano Pacífico y ha sido descubierta gracias a fondos recaudados por un programa de la televisión pública catalana.

Un equipo de científicos ha hecho hoy este anuncio, que puede ayudar a iluminar las causas de muchas enfermedades de origen desconocido. Durante más de 40 años, la comunidad científica mundial ha intentado sin ningún éxito averiguar las causas de la enfermedad de Kawasaki, un misterioso trastorno que afecta a niños menores de cinco años y provoca la muerte en uno de cada 100 casos, por problemas cardíacos, como ocurrió en 2009 con el hijo de Travolta. La enfermedad es más frecuente en Japón, donde se descubrió en 1967 y afecta a uno de cada 150 niños. En EEUU hay unos 6.000 nuevos casos cada año. Sin embargo, pese al tiempo transcurrido, dos generaciones de científicos han sido incapaces de encontrar su causa.

Hoy, investigadores encabezados por el español Xavier Rodó apuntan a un culpable inesperado, situado a miles de kilómetros de los niños afectados: los enormes campos de cultivo concentrados en el noreste de China. Los científicos creen que de allí, de la provincia de Heilongjiang, procede el causante de la enfermedad de Kawasaki, principal responsable de los problemas cardíacos adquiridos en niños de todo el mundo.

Nubes de toxinas

En su estudio, que se publica hoy en la revista PNAS, los autores señalan a una toxina de un hongo presente en los cultivos chinos, quizá de la especie Candida, la más habitual en las muestras de aire obtenidas en expediciones científicas en avión a entre 1.000 y 3.000 metros de altitud sobre Japón. La llegada de nubes de toxinas procedentes de China explicaría la aparición al mismo tiempo de brotes de la enfermedad en diferentes ciudades japonesas. Estudios previos en ratones ya habían vinculado la Candida con la enfermedad de Kawasaki.

Un avión toma muestras de aire sobre la ciudad de Tokio

Un avión toma muestras de aire sobre la ciudad de Tokio / IC3

“Es la primera vez que se encuentra un patógeno humano potencial en estas alturas. Esto significa que se ha elevado y se puede transportar a grandes distancias. No se conocía esta vía de propagación para ninguna enfermedad humana”, sostiene Rodó, del Instituto Catalán de Ciencias del Clima. Tanto él como su colega Jane Burns, directora del Centro de Investigación de la Enfermedad de Kawasaki de la Universidad de California (EEUU), hablan de “un nuevo paradigma”. Para Rodó, “queda abierta” la posibilidad de que estas autopistas de viento estén implicadas en la transmisión de otras enfermedades sin causa conocida.

La región de Heilongjiang se conoce como “el granero de China”. Produce casi el 30% de todo el maíz del país. Rodó especula con que “la putrefacción de los restos de los cultivos de cereales que no se recogen” tras las heladas del invierno sea el origen de la proliferación de hongos como la Candida. Para el climatólogo, esta zona sería también el origen de los casos de Kawasaki en la costa oeste de EEUU.

Dinero de telespectadores

La investigación ha sido posible gracias a unos 170.000 euros obtenidos mediante una fuente de financiación poco habitual en la ciencia: un programa televisivo al que los espectadores podían llamar para donar dinero. Durante casi 13 horas, el programa La Marató de TV3, emitido el 16 de diciembre de 2007, recaudó unos ocho millones de euros, que se han dedicado a impulsar 26 proyectos de investigación de enfermedades cardiovasculares. Rodó aplaude la flexibilidad de este modelo. “Cuando empezamos el estudio no teníamos previsto volar sobre Japón para tomar muestras. Improvisar un cambio así habría sido extraordinariamente complicado con la financiación del Ministerio de Economía”, afirma.

Aquel dinero, en cualquier caso, ya no da para mucho más. Los científicos presentan hoy una página web donde explican su trabajo y arrancan una iniciativa de micromecenazgo ciudadano “con el objetivo de intentar financiar el futuro de esta investigación”. En Cataluña apenas se registran unos 40 casos cada año, pero en países como EEUU se calcula que uno de cada 1.600 adultos se verá afectado por la enfermedad en 2020, según un comunicado de la Universidad de California.

REFERENCIA

‘Tropospheric winds from northeastern China carry the etiologic agent of Kawasaki disease from its source to Japan’ DOI: 10.1073/pnas.1400380111