Nosotras respondemosPublicacions

La colisión tendrá lugar dentro de 4.500 millones de años, pero esta previsión incluye muchas salvedades

ADRIANA DE LORENZO-CÁCERES RODRÍGUEZ | Artículo original

Los últimos resultados, publicados este mismo año, indican que la colisión entre nuestra galaxia y Andrómeda tendrá lugar dentro de 4.500 millones de años. Esta sería la respuesta corta… pero la respuesta larga incluye muchas salvedades. Primero debemos entender cómo hacemos la investigación en astrofísica. En todas las áreas científicas, incluida nuestra disciplina, necesitamos las medidas que tomamos de los objetos de estudio reales, pero necesitamos también modelos que expliquen el porqué de esas medidas. En astrofísica esto es más acusado porque no podemos hacer experimentos. Somos observadores pasivos: vemos la luz que nos llega de las estrellas y de las galaxias pero no podemos jugar con ellas en un laboratorio, darles vueltas para verlas desde otro lado, acelerar el tiempo… Entonces, ¿cómo conseguimos nuestros resultados? Pues combinando el conocimiento que aportan los datos con las predicciones de modelos teóricos o de simulaciones por ordenador que reproducen, por ejemplo, cómo sería la evolución de los objetos que estudiamos con el tiempo. Los autores que han publicado que el choque de Andrómeda y la Vía Láctea será dentro de 4.500 años han llegado a esta cifra gracias a una combinación de datos observados y modelos.

La Vía Láctea, nuestra galaxia, forma parte de un conjunto de galaxias llamado el Grupo Local. En él hay tres galaxias mucho más grandes que el resto: la mayor es Andrómeda o M31, la segunda más grande es la Vía Láctea y por último tenemos la galaxia Triángulo o M33. El resto del Grupo Local lo conforman un montón de galaxias bastante más pequeñas. ¿Cuántas? No lo sabemos exactamente, pero más de cincuenta. Debido a la fuerza de la gravedad todas estas galaxias interaccionan: se sienten unas a las otras. Andrómeda y Triángulo están bastante cerca entre ellas mientras que Andrómeda y la Vía Láctea son bastante más masivas que Triángulo. Por tanto, estas tres galaxias están abocadas a interaccionar y todos los modelos predicen que, efectivamente, la Vía Láctea y Andrómeda se fusionarán en el futuro.

¿Qué tipos de datos tomamos para estudiar cómo interaccionan nuestra galaxia y Andrómeda? Lo que hacemos es medir la luz procedente de estrellas individuales que forman parte de ellas y calcular su posición y velocidad. Esta estrategia es especialmente interesante para estudiar la Vía Láctea, pues vivimos dentro de ella y no podemos viajar al espacio y alejarnos lo suficiente como para poder verla desde fuera. Estudiando las estrellas podemos reproducir cómo es nuestra galaxia en tres dimensiones y analizar cómo se mueven tanto la Vía Láctea como Andrómeda para después, con los modelos, predecir su evolución. Para ello hay que tener en cuenta la masa total de ambas galaxias, otra cantidad difícil de medir. El nuevo resultado de 4.500 millones de años se ha obtenido utilizando los mejores datos conseguidos hasta la fecha, incluyendo las mejores estimaciones de las masas de las galaxias.

En el modelo teórico se considera la fusión entre Andrómeda y la Vía Láctea pero no el efecto de otras galaxias del Grupo Local, ni siquiera la tercera más grande, Triángulo. Hacer un modelo con dos galaxias ya es difícil e introducir una tercera o incluso más es muy complicado. Tener en cuenta la interacción de Triángulo podría hacer que la fecha de colisión entre la Vía Láctea y Andrómeda se retrasara otros mil millones de años. Para que te hagas una idea de la complejidad de estos estudios, el resultado anterior de 2012 predecía que la Vía Láctea y Andrómeda colisionarían dentro de 3.900 millones de años. En 2019 hemos retrasado la fecha hasta dentro de 4.500 millones de años o incluso 5.500 millones de años dependiendo de la influencia de otras galaxias.

Por último me gustaría aclarar que, aunque hablamos de “choque de galaxias”, no es un evento catastrófico. Se trata de un proceso muy lento al que llamamos “choque” porque el resultado final es la unión de las dos galaxias. Todo el material se mezcla, pero no hay colisión de estrellas una a una porque estas están muy lejos las unas de las otras y no es probable que se encuentren directamente. Lo que sí ocurrirá es que la posición de cada estrella en la galaxia final será diferente de la que tiene ahora en la galaxia original. Si nosotros, el Sistema Solar, estuviésemos aquí todavía cuando la fusión entre la Vía Láctea y Andrómeda ocurra (algo bastante improbable debido a la evolución del Sol), no sentiríamos nada al margen de que finalmente estaremos más lejos del centro de la galaxia de lo que estamos hoy en día del centro de la Vía Láctea.


Adriana de Lorenzo-Cáceres Rodríguez es doctora en Astrofísica, investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias.


Pregunta enviada vía email por Aitor Urcelay


Nosotras respondemos es un consultorio científico semanal, patrocinado por la Fundación Dr. Antoni Esteve, que contesta a las dudas de los lectores sobre ciencia y tecnología. Son científicas y tecnólogas, socias de AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas), las que responden a esas dudas. Envía tus preguntas a nosotrasrespondemos@gmail.com o por Twitter #nosotrasrespondemos.


Coordinación y redacción: Victoria Toro