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Las supererupciones emiten enormes depósitos de material, más de 1000 kilómetros cúbicos, pero son erupciones muy poco habituales

LAURA BECERRIL CARRETERO | Artículo original

En vulcanología existe una escala a la que llamamos índice de explosividad volcánica (IEV- VEI por sus siglas en inglés), que es un indicador del tamaño y de la explosividad que tienen las erupciones. Registra la cantidad (volumen) de material que expulsa un volcán y la altura de la columna eruptiva. Esa escala tiene una gradación de 8, pero es logarítmica lo que significa que un aumento de 1 supone una explosión 10 veces más potente.

Las supererupciones tienen un IEV de 8, es decir, son las erupciones más explosivas de la escala. Los supervolcanes emiten enormes depósitos de material, más de 1000 kilómetros cúbicos. Pero son erupciones muy poco habituales, se estima que su frecuencia es de más de 10.000 años. Por ejemplo, no existen supererupciones en el registro histórico reciente humano aunque sí las hay en el registro geológico. Es decir, sí estamos seguros de que las ha habido porque se han estudiado a partir de los depósitos geológicos.

Una de las supererupciones más conocidas es la de Yellowstone, que ocurrió en lo que hoy es uno de los parques nacionales más conocidos de Estados Unidos. La llamada caldera de Yellowstone que se formó tras una erupción hace aproximadamente 640.000 años, mide 55 x 72 kilómetros. Es una supercaldera. En Chile, por ejemplo, también hubo otra supererupciones que formó la caldera del Diamante hace aproximadamente 130.000 años. Estos supervolcanes se producen normalmente en zonas de subducción, donde las erupciones son más explosivas. Eso es algo que no ocurre en Canarias porque no está en una zona de subducción, sino en una zona de hotspot o punto caliente.

Aunque por ejemplo el Teide-Pico Viejo sí ha tenido erupciones más explosivas que la de estos días de La Palma, las erupciones de esta isla o las de El Hierro son como la que estamos viendo ahora, con IEV de 2 o 3, es decir, principalmente estrombolianas.

No estamos seguros de qué es lo que provoca exactamente una supererupción. La hipótesis es que tienen cámaras magmáticas muy grandes que se vacían de forma súbita, cámaras que son mucho mayores que las del resto de los volcanes.

Si ahora en la Tierra se produjera una supererupción de ese tipo provocaría un cambio climático. Se ha estudiado que las erupciones de mayor IEV emiten tanta ceniza a la atmósfera que impiden que pasen los rayos del sol lo que genera cambios climáticos a nivel global. Además, en la zona en la que se producen estas supererupciones causan una devastación total porque los productos que tienen asociados son, generalmente, flujos piroclásticos (PDCs por sus siglas en inglés) que destruyen todo lo que hay alrededor.

El mayor volcán del Sistema Solar es el Monte Olimpo que está en el planeta Marte. De hecho es tan grande como toda la superficie de España. Sin embargo, a pesar de su gran tamaño, no está relacionado con supererupciones. En este caso, se trata de un volcán en escudo como por ejemplo el Kilauea o el Mauna Loa en Hawái, que son volcanes de suaves pendientes, que se forman por múltiples erupciones consecutivas con emisión de lavas, principalmente a partir de erupciones no muy explosivas.


Laura Becerril Carretero es doctora en Geología, experta en volcanología y profesora e investigadora en el Instituto de Ciencias de la Ingeniería, Universidad de O’Higgins (Rancagua), Chile.


Pregunta enviada vía email por Paula García Pásaro


Coordinación y redacción: Victoria Toro


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