El físico Pablo Artal critica “la devastación de la ciencia española” por los recortes

MANUEL ANSEDE / NOTICIA MATERIA

“En España hay muchos ricos y no sé qué hacen con su dinero”, lamenta el físico Pablo Artal. Él es, asegura, “pobre entre comillas, tan pobre como cualquier profesor universitario”, pero forma parte de la vanguardia científica de España. Ganó el último premio Rey Jaime I en Nuevas Tecnologías, un galardón de 100.000 euros concedido por construir “un laboratorio referente mundial en tecnologías ópticas”, según destacó el jurado. Millones de personas en todo el planeta llevan lentes intraoculares diseñadas por su equipo. Artal, catedrático de la Universidad de Murcia, ve con tristeza “la devastación de la ciencia española por la bajada de presupuesto de los últimos años”. Y ha decidido poner su granito de arena.

El catedrático, nacido en Zaragoza en 1961, ha donado 20.000 euros del premio, o sea de su bolsillo, para crear 10 becas para alumnos con talento en ciencias que inicien sus estudios en la Universidad de Murcia el curso que viene. “Me molesta que chicos que son claramente brillantes se pierdan por razones económicas”, explica. Cada alumno recibirá 2.000 euros para cubrir los gastos derivados de sus estudios. Y el propio Artal hará labores de tutorización con ellos para ver cómo avanzan.

“La universidad, salvo excepciones, favorece la inacción. Se premia el trabajar poco”, opina el catedrático

El físico asegura que no pensaba publicitar su donación, pero que decidió hacerlo después de que el rector de su universidad le dijera que no había precedentes. “Esto es absolutamente común en el mundo anglosajón. Me gustaría que mi caso sirviera de enganche para otras personas”, afirma.

Artal es una excepción en la universidad española. La Comisión de Expertos para la Reforma del Sistema Universitario Español denunció en 2013 que más de la mitad, el 57,6%, del personal docente “tiene una actividad investigadora nula o casi inexistente”. Ese mismo año, el Consejo Europeo de Investigación concedió una ayuda de 2,5 millones de euros a Artal para que su equipo desarrolle unas gafas que combinen óptica y electrónica y permitan ver a pacientes con cataratas. “La universidad, salvo excepciones, favorece la inacción. Se premia el trabajar poco”, sostiene el catedrático.

La última investigación de Artal se acaba de publicar en la revista Scientific Reports. Su laboratorio ha confirmado que en las personas mayores todavía funciona un músculo del interior del ojo clave para poder evitar la presbicia o vista cansada, un problema oftalmológico que afecta a 20 millones de españoles. “Esto abre la puerta a pensar en implantar lentes con diferente flexibilidad. La vista cansada es la última frontera. Quien sea capaz de curarla será recordado por la humanidad y será además millonario”.