GONZALO CASINO / @gonzalocasino / gcasino@escepticemia.com / www.escepticemia.com

Sobre las afición literaria de los clínicos y su comprensión analítica y narrativa

Los médicos escriben mucho, y no solo recetas y literatura científica. También ensayos, divulgación y ficción. Entre las figuras emergentes, una de las más notables es el oncólogo hindú-estadounidense  Siddhartha Mukherjee, que ganó en 2011 el Pulitzer de no ficción por El Emperador de todos los males. Una biografía del cáncer. Destacan también el cirujano estadounidense Atul Gawande, autor de Ser mortal, un lúcido ensayo sobre las carencias de la medicina al final de la vida, y el neurocirujano británico Henry Marsh, autor del brillante Ante todo no hagas daño, por citar solo algunos de los más exitosos de los últimos años. Pero lo cierto es que son legión los médicos escritores que, con su prosa clara y sensible, están conquistando a millones de lectores interesados por el mundo de la medicina.

Con la llegada del verano boreal proliferan las listas de libros, y entre ellas empiezan a hacerse un hueco los escritos por médicos. Un buen ejemplo es la lista de la publicación digital STAT, The 35 best health and science books to read this summer. MedScape ofrece una selección de los cinco mejores libros escritos por médicos en 2016, complementaria de otra anterior, Best Books by Physicians: Summer Reading List, que refleja la variedad de intereses y registros de los médicos escritores. Así, entre What Doctors Feel: How Emotions Affect the Practice of Medicine, de Danielle Ofri, y How Doctors Think, de Jerome Groopman, componen una buena reflexión sobre cómo discurre el oficio de médico entre la razón y la emoción. Aunque estas listas tienen un claro sesgo anglosajón, los médicos escritores abundan en todas las épocas y en todas las lenguas. Sin ir más lejos, IntraMed tiene una colección de literatura y medicina, y su director, Daniel Flichtentrei, es también médico escritor, autor del penetrante libro de relatos de hospital La verdad y otras mentiras.

Un ejemplo de la amplitud de miras de los médicos escritores es el contraste entre When Breath Becomes Air, el libro póstumo del neurocirujano Paul Kalanithi, que recoge sus reflexiones tras serle diagnosticado un cáncer de pulmón, y El gen. Una historia personal, el magistral relato de Mukherjee sobre el descubrimiento del gen y sus implicaciones sobre la condición humana. Ambos son excelentes narradores, pero mientras Kalanithi escribe una suerte de autobiografía con sus vivencias como paciente terminal y el valor de la vida, Mukherjee se interesa por lo que llama la estructura del conocimiento (cómo lo adquirimos y cómo lo usamos incluso para engañarnos). Aunque distintos, ambos libros son representativos de la peculiar forma de ver el mundo de los clínicos.

¿Por qué demonios escriben tanto los médicos? El médico y traductor Fernando Navarro ofrece una respuesta desdoblada en su artículo Médicos escritores y escritores médicos. Por un lado, argumenta que el interés de la medicina por todo lo humano es una de las razones de que tantos jóvenes con alma de escritor y afanes enciclopedistas se deciden a estudiar medicina; y, por otro, sostiene que el contacto cotidiano con la enfermedad es lo que mueve a tantos médicos a escribir. No en vano la literatura y la medicina giran muy a menudo en torno a los mismos temas: el dolor, la muerte, el sufrimiento, la incomprensión y otras experiencias centrales de la existencia. Por eso, para muchos médicos, ambas actividades no son incompatibles sino complementarias, una suerte de vasos comunicantes que permiten equilibrar la necesidad de implicarse y la de distanciarse del sufrimiento, de comprender a la vez de forma analítica y narrativa. Si la gente necesita leer y escribir para conocerse mejor y conocer mejor a los demás, podríamos decir que los médicos, además, necesitan leer y escribir para ser mejores médicos.


Autor
Gonzalo Casino es periodista científico, doctor en medicina y profesor de periodismo en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Ha sido coordinador de las páginas de salud del diario El País durante una década y director editorial de Ediciones Doyma/Elsevier. Publica el blog Escepticemia desde 1999.

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Columna patrocinada por IntraMed y la Fundación Dr. Antonio Esteve:

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