Un laboratorio privado que no recibe dinero del Gobierno federal consigue un importante logro de cara a futuras terapias celulares. El organismo funciona como si las leyes que limitaban el uso de embriones para investigación en EEUU siguiesen en vigor

NUÑO DOMÍNGUEZ / NOTICIA MATERIA

Un equipo de científicos de EEUU ha sido el primero en conseguir la clonación terapéutica a partir de la piel de una mujer enferma de diabetes. El logro, anunciado ayer, supone un paso increíble para la ciencia, aunque su traducción a mejores tratamientos roza aún la ciencia ficción. La noticia también es interesante por sus vertientes éticas y legales. Por ejemplo, se ha podido lograr solo tras la creación de un instituto de investigación privado que funciona totalmente al margen de la financiación federal, sorteando así las barreras legales que el expresidente George Bush impuso durante su mandato. Parte de esas barreras fueron eliminadas por Barack Obama, pero el  Instituto de Investigación de la Fundación Células Madre de Nueva York (NYSCF), donde se ha realizado este estudio, sigue funcionando como si aún existieran y no recibe ni un solo dólar del Gobierno federal. Es un ejemplo de cómo las normas restrictivas a la investigación con embriones han generado potentes proyectos que surgieron casi de la nada y ya están haciendo ciencia de impacto mundial.

En 2005 el NYSCF del que ha salido este importante estudio era un pequeño laboratorio con tres empleados. Gracias a contribuciones privadas en un 90%, el centro se codea hoy con los líderes mundiales en este campo y tiene una financiación millonaria.

“La financiación federal y las estrictas normas que la rodean hacen que este trabajo sea duro”, explica a Materia Susan Solomon, la consejera delegada de la institución. “Como nosotros somos un laboratorio totalmente independiente, podemos hacer estos estudios rompedores sin necesidad de fondos federales”, señala. Solomon era una abogada y empresaria de Manhattan que decidió fundar un centro de investigación con células madre después de que a su hijo le diagnosticasen diabetes tipo 1.

Y esa es precisamente la enfermedad en la que se centra el hallazgo. Si se mira desde la perspectiva de la investigación, el logro del equipo de Dieter Egli, uno de los científicos del NYSCF, es simplemente apasionante. Partiendo de una muestra microscópica de piel de una mujer de 32 años que sufre diabetes tipo 1, el equipo ha conseguido células que producen insulina, las mismas que la enfermedad destruye. Así, en el laboratorio, un microscópico fragmento tomado del cuerpo de la paciente en forma de célula produce la sustancia cuya falta dentro de su cuerpo le hace enfermar.

Solomon, abogada y empresaria, decidió fundar un centro de investigación con células madre después de que a su hijo le diagnosticasen diabetes tipo 1

Este logro se ha conseguido usando la llamada clonación terapéutica. En el proceso se usa un óvulo para generar un embrión con un perfil genético idéntico al de la paciente. Cuando el embrión tiene solo unos días se obtienen de él células madre. El embrión queda destruido y las células madre se cultivan hasta conseguir células más maduras que producen insulina.

Desde hace años, las células madre son una promesa hacia nuevos tratamientos en los que se usen muestras extraídas del propio paciente para curarle sus órganos dañados. Hoy por hoy esta posibilidad sigue siendo una promesa, aunque indudablemente está un poco más cerca tras el logro de Egli, publicado en Nature.

El trabajo confirma que la clonación terapéutica humana es viable, como ya mostró un equipo en 2013. Hace dos semanas, otro equipo consiguió obtener células madre por clonación terapéutica de dos adultos, uno de ellos de 75 años, confirmando que el método usado por el equipo que lo logró en 2013, parecido al que generó animales clónicos como la oveja Dolly pero centrado en la generación de células y no de seres vivos, funciona.

Harán falta años de ciencia básica para lograr posibles tratamientos

¿Qué tiene que pasar para que esas células se apliquen a los pacientes? Años de ciencia básica. Hoy por hoy hacer un trasplante al paciente sería una locura. Además, posiblemente las células trasplantadas no sobrevivirían, como explica Solomon. “La diabetes tipo 1 consiste en que el sistema inmune del paciente ataca a las células beta que producen insulina, un simple reemplazo de estas probablemente no curase la enfermedad”, reconoce. Aunque admite que por ahora este hallazgo es sobre todo relevante en ciencia básica, la ejecutiva resalta el potencial de este campo. “Conceptualmente se podría tratar cualquier enfermedad que se caracterice por la pérdida celular”, explica. Esto incluye la diabetes tipo uno, en la que desaparecen las células beta del páncreas, pero también el Párkinson que elimina un tipo de neuronas, la degeneración macular que daña las células de la retina, heridas en huesos y otras “dolencias que podrían beneficiarse de trasplantes autólogos [del mismo paciente]”, resalta Solomon.

blastocisto

Uno de los embriones generados en el estudio. El núcleo de la células adulta, en verde / Dieter Egli

Para llegar a ese futuro el siguiente paso es más ciencia básica. Lo primero será comparar las células madre obtenidas por clonación con las llamadas IPS. Estas son mucho más fáciles de obtener, pero también menos naturales, y por tanto posiblemente más peligrosas. Al contrario que las células extraídas de un embrión, las IPS son material reprogramado usando diferentes productos bioquímicos. De esta forma, para obtener una neurona, una célula de corazón palpitante o cualquier otra no hace falta un embrión. Se parte de una célula de la piel y los productos bioquímicos hacen la reconversión. Es una técnica que ha valido un Nobel pero que aún no es apta para tratamientos, porque puede ser que estas células reprogramadas no se transformen del todo y puedan originar tumores u otros problemas tras un hipotético trasplante. La clonación terapéutica pone ahora un medio para averiguar si las IPS valdrán algún día para curar enfermedades.

“Personalmente no creo que este tipo de terapias con células madre clónicas lleguen a hacerse realidad”, opina Ángel Raya, director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB). Actualmente Raya investiga tanto con IPS como con células embrionarias pero apunta que lo más viable es usar estas últimas como referencia para un futuro uso de las primeras, y no al revés.

Las leyes y la barrera biológica prevendrán la obtención de clones humanos, opina un experto

El gran problema de la clonación terapéutica es que es demasiado farragoso. Casi cualquier laboratorio medianamente dotado puede crear una IPS fácilmente pero cada línea de células clonadas requiere varios embriones que son muy preciados pues los óvulos disponibles son muy pocos y el proceso para clonar células adultas muy complicado, explica Raya. Pero el investigador coincide en que la idea de partida hacia futuras terapias es razonable. “Se puede imaginar que una persona vaya a repararse el páncreas cada cinco años con sus propias células”, aventura.

Clonar humanos está fuera del menú

El hallazgo de ayer también tiene importantes implicaciones éticas. Es de esperar que la previsible consolidación de la clonación terapéutica origine una mayor demanda de óvulos para investigación. Pero en la actualidad, las “barreras” para obtener óvulos limitarán la obtención de embriones, que solo podrán ser usados en los proyectos “más punteros”, opina Insoo Hyun, profesor de bioética de la Case Western Reserve University en un artículo de opinión publicado en Nature. La posible clonación humana, es decir, obtener un nuevo bebé por clonación es una posibilidad remota, dice el experto, debido a que las leyes existentes lo prohíben en muchos países y  además es un proceso que puede tener una “barrera biológica” infranqueable.

En cuanto a la creación de embriones para investigación, Insoo Hyun propone que sean los comités de expertos que actualmente regulan la investigación con células madre los que se encarguen de supervisar la creación de embriones para investigación y esta sea solo aprobada en los casos en los que sea verdaderamente útil.

REFERENCIA

Human oocytes reprogram adult somatic nuclei of a type 1 diabetic to diploid pluripotent stem cells