La mala calidad del aire retrasa la capacidad de aprendizaje en primaria, según un estudio financiado por la UE y realizado en 39 colegios de Barcelona

NUÑO DOMÍNGUEZ / NOTICIA MATERIA

La contaminación del aire debida al tráfico se asocia con un menor desarrollo cognitivo en niños de siete a 10 años. Es lo que advierte un estudio realizado entre casi 3.000 alumnos de primaria realizado en colegios públicos y privados Barcelona y que apunta a que la contaminación tiene un efecto neurotóxico.

Los resultados forman parte del proyecto Breathe, financiado con hasta 3,5 millones de euros por la Comisión Europea y cuyo objetivo era explorar el impacto de la contaminación en el cerebro de niños que están en edades claves para la consolidación de los mecanismos de aprendizaje. El estudio muestra que los alumnos de colegios con mayor contaminación en sus aulas y patios muestran un desarrollo más lento de la memoria que los que estudian en colegios más alejados del tráfico y cuyo aire está más limpio.

Hay “pruebas fuertes” de que la contaminación del aire tiene un efecto neurotóxico

La Organización Mundial de la Salud ya ha alertado de que la contaminación atmosférica mata a unos siete millones de personas cada año. En Europa son muchos los países cuyas ciudades sobrepasan los niveles excesivos de partículas nocivas y en España un tercio de los habitantes respira aire que supera los índices legales de contaminación. Estudios en animales ya habían apuntado a que la contaminación del tráfico tiene un efecto neurotóxico. Pero a pesar del gran número de colegios que hay cerca de zonas con mucho tráfico, ningún estudio había analizado este problema en profundidad.

“La gente tiene que saber que la contaminación debida al tráfico es perjudicial para la salud y este estudio abunda en ello mostrando los efectos en los niños y en algo tan preciado como su aprendizaje”, resume el médico Jordi Sunyer, coordinador del estudio y miembro del Consorcio de Investigación Biomédica de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp). Los resultados del estudio, resalta, “son totalmente extrapolables a otras ciudades”.

El equipo ha analizado los niveles de contaminación en 39 colegios de la capital catalana durante un año. Un total de 2.715 alumnos de entre siete y 10 años se sometieron a pruebas trimestrales en las que se medía su memoria de trabajo, su capacidad de atención y otros indicadores del desarrollo cognitivo. En todas las escuelas se midieron también los niveles de contaminación dentro de las clases y en el patio. El trabajo se ha centrado en tres compuestos nocivos que producen los motores de combustión: el carbón negro (asociado sobre todo a los motores diésel), el dióxido de nitrógeno y las partículas ultrafinas.

Los resultados muestran que los centros con mejor aire están en la parte alta de la ciudad. La mayoría de los más afectados por la contaminación se encuentra en el barrio del Eixample.

Las conclusiones dicen que hay “pruebas fuertes” de que la contaminación del aire tiene un efecto neurotóxico. Esto no quiere decir que la contaminación dañe la memoria de los chavales, sino que esta parece progresar menos allí donde los niveles de polución son mayores. Por ejemplo, mientras que el aumento de la memoria de trabajo entre los alumnos es de un 11,5% en centros poco contaminados, el aumento es del 7,4% en los que peor calidad del aire registran. Según el trabajo, publicado hoy en PLoS Medicine, los alumnos más afectados desarrollan la memoria de trabajo hasta un 13% menos que alumnos que estudian en colegios con menos polución. “Probablemente las diferencias individuales entre un alumno y otro no son significativas, pero en conjunto, por escuelas, sí tienen un impacto”, resalta Sunyer.

El estudio destaca cómo la cercanía del tráfico rodado y su intensidad es un factor importante para determinar la contaminación dentro y fuera del colegio, pero no el único. Por ejemplo, las zonas verdes cercanas mejoran significativamente la calidad del aire, explica Xavier Querol, investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios el Agua y coautor del estudio. “Este es el primer estudio de este tipo en el mundo”, dice el experto y añade que sus conclusiones deberían servir para que se tengan en cuenta la calidad del aire a la hora de construir nuevos centros educativos y también para reducir los niveles de tráfico y polución en torno a centros ya existentes.

Debería ser un toque de atención que sirva para imponer normas de control ambiental más estrictas

Expertos ajenos al estudio también destacan su importancia. “Se trata de un estudio convincente, bien hecho y con resultados llamativos”, opina Esteve Fernández, investigador del Instituto Catalán de Oncología y presidente de la Sociedad Española de Epidemiología. El experto resalta que en el estudio se han tenido en cuenta el nivel socioeconómico de los alumnos, la contaminación en sus hogares y barrios y el tiempo que tardan en llegar al colegio, factores que podrían distorsionar la validez de los resultados. Pero, aún teniendo esos factores en cuenta, las diferencias observadas se mantienen. “Debería ser un toque de atención que sirva para imponer normas de control ambiental más estrictas”, resalta.

Aunque se trata del primer estudio que advierte de este problema, “sobran los motivos para tomar medidas”, considera Ildefonso Hernández, presidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria. “Son resultados muy sólidos y es improbable que lo mismo que se ha visto en Barcelona no se replique en otros lugares”, resalta. Añade que “además, ya hay acumuladas muchas evidencias previas de los daños de la contaminación en la salud como para que sea necesario tomar medidas y afrontar este problema”.