El tiempo transcurrido entre los hallazgos y la concesión del premio Nobel no para de aumentar, y también la edad de los investigadores galardonados. A este ritmo, la edad media de los premiados superaría la esperanza de vida a finales de siglo

JAVIER SALAS / NOTICIA MATERIA

Como en la historia de los Beatles, en el descubrimiento del bosón de Higgs también hay un protagonista desconocido. Se trata de Robert Brout, físico teórico belga que trabajó junto a François Englert en la definición de este campo desconocido. Se le conoce menos porque no recibió el último premio Nobel de Física junto a su colega Englert y el británico Peter Higgs. ¿Por qué? Porque Brout murió en 2011, solo un puñado de meses antes de que los miles de investigadores del LHC consiguieran darles la razón. El caso de este físico belga puede parecer excepcional, pero lleva ritmo de convertirse en la norma para los premios científicos más prestigiosos del mundo.

Desde que comenzaran a entregarse estos premios en 1901, el tiempo transcurrido entre el descubrimiento científico y el reconocimiento en forma de premio Nobel ha ido creciendo edición tras edición. Antes de 1940, los premiados que recibían el Nobel más de 20 años después de su hallazgo eran una minoría (11% en Física, 14% en Química y 24% en Medicina). Después de 1985, los premiados que tienen que esperar dos décadas o más para su cita en Estocolmo son más de la mitad: 60% en Física, 52% en Química y 49% en Medicina.

Y se trata de una tendencia que crece con los años, según el trabajo realizado por el profesor Santo Fortunato. Este investigador de la Universidad Aalto escribe una pequeña carta en el último número de la revista Nature, pero cuenta con un estudio completo —que todavía no ha publicado y que ha elaborado con otros investigadores de Aalto y la Universidad de Florencia— en el que detalla cómo se ha producido esta evolución. Como se ve en el gráfico 1, cada año va aumentando progresivamente esta distancia temporal entre logro científico y premio Nobel: en Física han pasado de esperar menos de diez años a esperar unas tres décadas de media. En Química y Medicina la evolución es similar, aunque menos pronunciada.

Premios Nobel

Gráfico 1. Diferencia en años entre el descubrimiento y la concesión del premio Nobel. / Santo Fortunato

Como consecuencia, cada vez es mayor la edad de los premiados. Por ejemplo, en la última edición, la media de edad de los galardonados fue de 71 años, mientras que hace medio siglo la media no llegaba a los 49 años. Proyectando la evolución hacia el futuro, a finales de este siglo la edad media de los premiados superaría la esperanza de vida prevista para esa generación (ver gráfico 2). En este punto hay que recordar una de las reglas básicas del Nobel: no se puede entregar a título póstumo. ”A finales de este siglo, va a ser técnicamente imposible conceder el Nobel a quien lo merece”, concluye Fortunato, consultado por Materia.

El Nobel, para los supervivientes

Por tanto, no ganarían el premio los merecedores sino los supervivientes. Por ejemplo, Brout era de la generación de Higgs y Englert (tendría ahora 85 años, frente a 84 y 81, respectivamente) pero tuvo que esperar demasiado, nada menos que medio siglo, ya que su hallazgo se publicó en 1964. Y su caso sería lo más habitual conforme avance este siglo, según proponen en el artículo. Fortunato asegura a esta redacción que se terminarán concediendo premios Nobel póstumos, prohibidos por sus actuales estatutos, para evitar devaluar el valor del medallón.

Estos investigadores se atreven a elucubrar sobre las razones por las que a medida que pasan los años aumenta esta el tiempo que pasa entre hallazgo y Nobel: “Creemos que puede indicar que cada vez se dan menos descubrimientos revolucionarios. Se trata de una explicación plausible, no una certeza rigurosa, por supuesto, ya que hay muchos factores detrás de la decisión del Comité del Nobel y tanto la importancia del premio como el tipo de carrera profesional en ciencia han evolucionado bastante en el último siglo”, razona Fortunato.

Premios Nobel

Gráfico 2. Evolución de la edad a la que se recibió el premio Nobel. En gris, la progresión de la esperanza media de vida en EEUU. / Santo Fortunato

Quizá se esté produciendo un cuello de botella, porque cada vez hay más científicos produciendo ciencia de calidad y los hallazgos se acumulan. Y como no aparecen grandes hallazgos que salten al primer puesto de merecedores del premio, se irían acumulando en la lista de espera. En este caso, el ejemplo perfecto es el del grafeno, un hallazgo de calibre que proporcionó el galardón de 2010 a Andre Geim, de 51 años, y a Konstantin Novoselov, de 36 años. Habían publicado los primeros pasos de su descubrimiento en 2004, sólo seis años antes.

En la última edición, la media de edad de los galardonados fue de 71 años

Curiosamente, el Nobel de Física es el que más ha envejecido: mientras que ahora los premiados superan de media los 60 años, este galardón solían recogerlo brillantes jóvenes. El Nobel más precoz es el de Física de Lawrence Bragg, en 1915, cuando tenía 25 años. Y los tres más jóvenes también son de Física, tanto Weiner Heisenberg en 1932, como Paul Dirac en 1933 y Carl Anderson en 1936, tenían 31 años cuando fueron recompensados.

REFERENCIA

‘Prizes: Growing time lag threatens Nobels’ doi:10.1038/508186a