En el 69% de los manuales clínicos no se habla de los problemas de los ‘screening’ o se presentan de forma asimétrica, según un estudio

BEATRIZ GUILLÉN / NOTICIA MATERIA

¿Cuáles son los beneficios y los riesgos del proceso de cribado, en el que se incluye la radiografía, para detectar el cáncer? La mayoría de las guías clínicas no lo explican. El 69% de los manuales sobre cáncer en Estados Unidos no hacen referencia a los riesgos de los screening o los presentan de una manera asimétrica con respecto a los beneficios. Esa es la conclusión a la que ha llegado una investigación de la Universidad de Michigan (EE UU) que se ha publicado en la revista del Instituto Nacional de Cáncer estadounidense. Esta forma de sobreestimar los beneficios y minimizar los riesgos puede alterar la decisión médica, afirma el estudio. Esta publicación reaviva el debate de si se está realizando un uso excesivo de las radiografías en la detección de posibles tumores, especialmente en el caso del cáncer de mama.

El estudio se ha centrado sobre las directrices o pautas que dan las guías clínicas sobre el uso de mamografías para el cáncer de mama, la colonoscopia para el cáncer de color, el análisis del antígeno prostático específico para el cáncer de próstata y la vacuna contra el virus del papiloma humano para el cáncer del cuello de útero. De las 55 recomendaciones realizadas por centros, hospitales y asociaciones para prevenir y detectar este tipo de cánceres, solo el 31% explicaba los beneficios y riesgos, mientras que el 14,5% ni siquiera mencionaba los riesgos (como puede ser una exposición excesiva a la radiación) y el 54,5% los trataba en una escala asimétrica y no comparable, según el estudio.

Solo el 31% de las guías clínicas explica los beneficios y riesgos del screening, el 14,5% ni siquiera menciona los riesgos y el 54,5% los trata en una escala asimétrica y no comparable

Muchas guías clínicas presentan los beneficios mostrando en términos relativos cómo se reduce el riesgo: “Las personas que se someten a screening de cáncer tienen el doble de posibilidades de sobrevivir”, por ejemplo. Mientras, los riesgos de estas intervenciones se explican en términos absolutos, lo que da un número mucho menor: “El 1% de las personas que se someten a screening reciben un falso diagnóstico“, pone de ejemplo el estudio.

“Presentando así las estadísticas, las guías clínicas pueden dar una falsa imagen sobre los beneficios y los riesgos. Si se dice ‘el doble de posibilidades de sobrevivir’ suena muy significativo, pero si ese mismo dato lo presentamos en términos absolutos supone una diferencia muy pequeña entre los dos porcentajes”, explica la autora del estudio e investigadora de Salt Lake City, Angela Fagerlin.

Sobreutilización del ‘screening’

La principal preocupación de los autores del estudio es que esta forma de presentar los riesgos y beneficios puede alterar la decisión médica y dar lugar a una sobreutilización de los métodos de screening. El oncólogo del Hospital Universitario de Salamanca y portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), César Rodríguez, afirma que en las guías españolas también se quita peso a los riesgos y se está haciendo un “uso excesivo de las herramientas de cribado, en muchas ocasiones a causa de esta información descompensada”.

Rodríguez, experto en cáncer de mama, apuesta por hacer hincapié en los puntos débiles de determinados métodos, en especial de las mamografías. “Las mamografías tiene un beneficio más que demostrado, pero hay que difundir los riesgos que tienen. No se pueden utilizar a cualquier precio ni a cualquier edad”, explica. Este oncólogo establece dos poblaciones de riesgo a las que se está exponiendo de forma excesiva a la radiación: las mujeres demasiado jóvenes sin factores de riesgo y las pacientes mayores a las que se somete a un “exceso de pruebas de cribado y están sobretratadas” porque los tumores que se encuentran ya no suponen un riesgo vital. “Está comprobado que las mamografías son rentables y reducen la mortalidad entre los 50 y 70 años. El resto de mujeres pueden ser pacientes de riesgo“, sostiene.

“Las mamografías tienen beneficios más que demostrados, pero también tienen riesgos y hay que difundirlos”, explica un oncólogo

No ocurre con otros tipos de cáncer. En el caso del cáncer de colón, por ejemplo, la primera prueba de cribado es un análisis de heces totalmente inocuo para el paciente. De esta forma, la colonoscopia, que es la prueba que realmente tiene riesgo, se limita a aquellos individuos que ya han dado factores de riesgo en el primer análisis. La oncóloga experta en cáncer de colón y vicepresidenta de SEOM, Ruth Vera, explica que en esta clase de cáncer el primer cribado no tiene impacto, por lo que solo hay beneficios. Sin embargo, reconoce que en las guías clínicas no se entra prácticamente en los riesgos que supone hacer una colonoscopia. “Los manuales se ciñen al estudio y a los beneficios, tal vez porque el paciente tiene que pasar por el médico antes de hacérsela”.

La falta de información en las guías lleva a una mayor responsabilidad del médico que es quien, en muchas ocasiones, debe elegir si el paciente necesita o no una mamografía, una colonoscopia u otro método de cribado para detectar el cáncer.

La solución para este problema es la creación de tablas y gráficos “bien diseñados” que cuantifiquen y presenten toda la información, de manera que los riesgos y beneficios puedan ser fácilmente comparables, según los investigadores. Tanner Caverly, uno de los autores del estudio y doctor de medicina interna en la Universidad de Michigan (EE UU), asegura que si se mejora la forma en la que las guías presentan los resultados se ayuda al médico a entender si compensa realizar un screening o no para detectar el cáncer.