Investigadores del Instituto Pasteur de la Guayana secuencian el genoma del arbovirus

MIGUEL ÁNGEL CRIADO / NOTICIA MATERIA

Investigadores del Instituto Pasteur de Guayana han secuenciado el genoma completo del virus zika. Según su análisis genético, el patógeno que se está extendiendo por toda América está emparentado con el virus que castigó varias islas del Pacífico en 2013 y 2014. Al año siguiente, aparecieron los primeros casos en Brasil.

Con más de un millón de afectados en menos de un año, los efectos del virus zika no suelen ser severos y no van más allá de una erupción en la cara (exantema) y algo de fiebre. A veces coincide con la aparición de un trastorno autoinmune, el síndrome de Guillain-Barré. En raras ocasiones, este arbovirus (es decir, que usa artrópodos como vector de transmisión) puede provocar la muerte, aunque casi siempre como causa concomitante. Pero lo que aterra del virus zika es que parece cebarse con los no nacidos.

Aún no se ha establecido un nexo causal entre el virus y la microcefalia en recién nacidos que se está dando en la actual epidemia, pero está lejos de ser una coincidencia. En Brasil, por ejemplo, se produjeron entre 150 y 200 casos entre 2010 y 2014, según cifras del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés). En 2015, sin contabilizar el mes de diciembre, fueron 1.248 casos. En muchos de ellos, además, los pequeños presentaban graves lesiones en los ojos.

La cepa americana pertenece al genotipo asiático y no procede de África, donde surgió el virus

“¿Estos defectos son provocados solo por el virus zika, la propagación conjunta con otros agentes infecciosos o por otros factores? Necesitamos poner en marcha proyectos de investigación multidisciplinares para despejar estas incógnitas”, dice en una nota la responsable del laboratorio de virología del Instituto Pasteur en Guayana, centro de referencia en arbovirus, Dominique Rousset.

Rousset y sus colegas ya han dado el primer paso secuenciando el genoma del virus. A finales del año pasado, las autoridades sanitarias de la vecina Surinam empezaron a detectar los primeros casos de zika y pidieron ayuda al Instituto Pasteur. A su laboratorio llegaron muestras de cuatro casos que, tras descartar que se tratara de dengue o chikunguña, dieron positivo por este arbovirus, también transmitido por el mosquito de la fiebre amarilla (Aedes aegypti) y en menor medida por el Aedes albopictus, más conocido como mosquito tigre.

De una de las muestras, los investigadores pudieron secuenciar el genoma completo. De las otras tres, obtuvieron información genética de una proteína presente en la envoltura vírica, la capa exterior que protege al virus y que toma prestada de las células que infecta. Con toda esos datos, los científicos pudieron crear un árbol filogenético de la cepa que está castigando las tierras americanas.

Lo que aterra del virus es que se ceba con los no nacidos

Los resultados, publicados en la revista The Lancet, señalan que el zika americano no pertenece al linaje africano (continente donde se descubrió el virus a mediados del siglo pasado) sino al asiático, de más reciente aparición. De hecho el análisis de su genoma muestra una homología del 99,7% con la cepa responsable del brote en la polinesia francesa en 2013.

Un vistazo al árbol filogenético con un mapa del mundo en la mano invita a dibujar la ruta que ha seguido el virus zika o, mejor dicho, sus vectores, los mosquitos. El origen del genotipo asiático se remonta a 1966, con los primeros casos en Malasia. Pero la cepa americana actual está muy emparentada con la que apareció en la isla de Yap, en las Carolinas, en 2007. Desde le tocó el turno a Tailandia y Camboya. Más tarde, y casi saltando de isla en isla, el virus zika alcanzó las Islas Salomón, Vanuatu, las Islas Cook y la Polinesia francesa, hasta llegar a la isla de Pascua. Los siguientes casos ya se dieron en el continente americano.