La ciudad fronteriza intenta cambiar su rostro al mundo, vinculado durante años a la droga y el crimen organizado, para convertirse en una comunidad centrada en la ciencia, la tecnología y la cultura

PATRICIA FERNÁNDEZ DE LIS / NOTICIA MATERIA

“Welcome to Tijuana, tequila, sexo y marihuana”, cantaba Manu Chao a la ciudad fronteriza entre México y EEUU, la más occidental de toda América Latina, la más poblada del estado de Baja California y, durante años, solo conocida internacionalmente por estar dominada por los cárteles de la droga y el crimen organizado. “Nadie había hablado de Tijuana nunca bien”, reflexiona José Galicot, el hombre que decidió que esa imagen tenía que cambiar cuando sufrió una especie de iluminación personal: enfermó del corazón, y su médico, estadounidense, fue quien le informó de que la válvula que le iba a implantar procedía de la ciudad en la que vivía.

“Debajo de Tijuana subyacía una industria gigantesca. Esta ciudad exporta 85 millones de dólares diarios, es la gran fábrica de televisores del mundo, y también fabrica marcapasos, válvulas para el corazón, aparatos ortopédicos…”, cuenta Galicot. “Nadie sabía lo que ocurría en Tijuana, ni siquiera los tijuaneses”. Fue entonces cuando este empresario, escritor y filántropo decidió mostrar a la ciudad, al país y al mundo las innovaciones que en educación, ciencia, cultura, arte y tecnología se realizan y exportan desde esta ciudad.

Galicot ha visitado en España para presentar su proyecto, llamado Tijuana Innovadora, en el taller de periodismo científico Jack F. Ealy que organiza cada año en Oviedo el diario mexicano El Universal. Según explica el empresario, para poner en marcha su idea visitó 60 fábricas de la ciudad y pidió a sus responsables que invirtieran entre 10.000 y 50.000 dólares “por el privilegio de que tuvieran derecho de mostrar sus productos a la ciudad de Tijuana, cosa que no les interesaba para nada”, cuenta, riendo. “Pero cuando hablábamos con ellos, les explicábamos que era necesario que fueran parte de la comunidad, que no habían hecho nada por ella. ¿Cuándo has hecho algo por tus trabajadores?, les decíamos. ¿Cuándo has mostrado a los hijos de tus ingenieros el trabajo de altísimo nivel que realizan? Y había que publicitar el valor de la ciudad. Todos aceptaron”.

A los dos eventos han acudido más de 1,5 millones de personas

Así surgió el primer evento de Tijuana Innovadora, que se celebró durante quince días, en octubre de 2010. Fue un encuentro muy ambicioso. Se impartieron 37 conferencias de, entre otros, el ex vicepresidente de EEUU y premio Nobel de la Paz Al Gore -que cobró 120.000 dólares, recuerda Galicot-, Jimmy Wales (co-fundador de Wikipedia), Biz Stone (co-fundador de Twitter), Carlos Slim (empresario y filántropo mexicano) o Felipe Calderón (ex presidente de México) . Había 42 pabellones, 42 patrocinadores, 200 medios acreditados y miles de voluntarios. Y asistieron 691.000 personas de una población de dos millones.

“Lo más importante no fue el éxito del evento, sino que cambió la actitud de la gente, descubrió lo que se hacía en esa ciudad, y creamos el orgullo de ser de Tijuana”, dice el empresario. Solo hay un secreto, añade, para que tanta gente se sumara al proyecto: “Era una idea que no creaba antagonismos, porque era la sociedad civil trabajando”. Se estableció, por ejemplo, un nuevo baile en el que participaron 60.000 personas, “porque queríamos gritarle al mundo que éramos una ciudad de hombres buenos”, cuenta Galicot.

Formación para los jóvenes

Tras el evento realizaron un taller para formar a 400 jóvenes en tareas de liderazgo, “porque la batalla contra la droga se da en el cerebro de los jóvenes. Se trata de mostrarles otros caminos. Y pensamos detenernos aquí: la ciudad había recuperado su orgullo. Pero yo no podría prever el efecto de bola de billar que se produjo”, rememora Galicot.

Desde la sociedad civil de la ciudad se crearon cinco comités distintos, relacionados con la innovación y la juventud, para mantener el impulso de Tijuana Innovadora. Se han realizado otros eventos, por ejemplo relacionados con la cocina y la alta costura, y ya hay empresas de Tijuana que diseñan para Victoria’s Secret. También se han hecho cursos y talleres para hijos de presidiarios en una zona de la ciudad especialmente deprimida. Y en 2012 se celebró un nuevo evento aún más masivo: 74 talleres, conferenciantes como el cofundador de Apple, Steve Wozniak, o la premio Nobel Ada Yonath, 57 pabellones y 900.000 asistentes.

Tijuana es conocida por albergar el cruce fronterizo más transitado del mundo, con más 50 millones de personas cruzando al año desde y hacia San Diego, una ciudad que, por cierto, ha cambiado su visión de la ciudad mexicana al otro lado de la frontera: antes de Tijuana Innovadora, solo el 9% de los estadounidenses de San Diego mostraba interés por Tijuana. La cifra ronda ahora el 40%, según asegura Galicot.

“Ha sido un éxito porque en Tijuana existe una enorme población inmigrante, y la gente que emigra es gente que trabaja, que lucha y que batalla”

Esa característica de ciudad fronteriza será la que centre el próximo encuentro de Tijuana Innovadora en octubre de 2014, como puerta de acceso de América Latina al segundo país de habla hispana del mundo: el de los 53 millones de hispanohablantes que pueblan EEUU, “que son quienes eligieron a Obama, y que tienen ingresos anuales medios de 50.000 dólares”. En España, esa cifra ronda los 30.000 dólares. “Hay una nueva América, hay dinero, hay negocio, hay cultura, pero ellos no lo saben”. El encuentro de 2014 quiere centrarse en la diáspora, y reunir a políticos, empresarios y expertos de EEUU, América Latina y España.

Galicot está tratando de exportar su modelo a otras ciudades como Chihuahua o Ciudad Juárez, hablando no solo del “orgullo de ser tijuanense”, sino de la buena marcha de la ciudad, cuya tasa de paro ronda el 4%. “Si Tijuana pudo, ¿por qué tú no?, es el mensaje que les damos. Pero se necesita una sociedad civil que responda. Si no, puedo platicar y platicar, pero no se conseguirá nada”, añade. Esa sociedad civil sí existía en Tijuana, cree, “porque existe una enorme población inmigrante, y la gente que emigra es gente que trabaja, que lucha y que batalla. Gente buena, noble, dedicada y activa”.