POL MORALES VIDAL | Artículo original

Nueve años después de su estreno en 2011, la película Contagio experimentaba una segunda vida. Mientras el coronavirus SARS-CoV-2 iniciaba su rápida expansión por todo el mundo, la población mundial parecía buscar un refugio, un reflejo, una aproximación, en el cine, convirtiendo la que tenía que ser la última obra de Steven Soderbergh en una de las películas más vistas en las plataformas digitales durante los primeros días de confinamiento. De manera casi instintiva, la convirtieron en la cinta que mejor podía reflejar una situación hasta entonces nunca vista.

Póster de la película ContagioContagio tiene la virtud de ser bastante rigurosa y de explicar las epidemias desde el punto de vista de los científicos, de los ciudadanos y también de los medios de comunicación. En un tono casi documental, se centra en los aspectos médicos pero sin olvidar los dramas que puede generar una epidemia”, afirma el médico Benjamín Herreros, director del Instituto de Ética Clínica Francisco Vallés. Estos días estaría organizando con la Fundación Dr. Antoni Esteve la sexta edición del ciclo sobre cine y bioética si no fuera por la irrupción del coronavirus que ha barrida buena parte de las actividades presenciales de estos últimos cuatro meses. “Contagio muestra la cantidad de conflictos de interés que se producen ante una pandemia en los medios de comunicación, en la industria farmacéutica, en las clases dirigentes e incluso en la propia ciudadanía. Cinematográficamente no es ninguna maravilla, pero posiblemente es la mejor película para discutir sobre la crisis que estamos viviendo”, añade.

María Jesús Pascual, organizadora también de este ciclo de cine y bioética en Madrid desde el Instituto de Ética Clíncia Francisco Vallés, enumera los aspectos de la pandemia actual que Contagio fue capaz de reflejar. “Se habla de casos índice, de virus mutantes, de niveles de bioseguridad, de cuarentenas, de la dificultad de conseguir una vacuna, de urgencias saturadas, pistas de patinaje habilitadas como depósitos de cadáveres, cancelaciones de cirugías programadas, cierre de escuelas, gimnasios y aeropuertos, de supermercados saqueados y grandes colas para conseguir alimentos… Tal es el vínculo de la película con la realidad que uno de sus asesores científicos, Ian Lipkin, autoridad mundial en epidemiología, sufrió la COVID-19”.

“Al tratarse de una película no lineal, que sigue a objetos, protagonistas y lugares tan diferentes, permite que nos identifiquemos con diferentes personajes y aspectos de una pandemia a través de un relato inquietante y singular”, argumenta Núria Terribas, directora de la Fundación Víctor Grífols i Lucas, especializada en el campo de la bioética. En colaboración también con el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona y la Fundación Dr. Antoni Esteve, organiza regularmente el Cinefórum en Medicina, donde se debaten aspectos sociales, culturales y médicos a partir de diferentes películas comerciales con la participación de expertos y del público asistente.

Sin embargo, ¿hasta qué punto la ficción se ha visto superada por la realidad? “Si bien ficciones como Contagio pudieron anticipar diferentes aspectos de la pandemia de la COVID-19, la realidad es pluridimensional. Es y ha sido tan compleja que no pudo ser avanzada completamente por la ficción”, apunta Irene Cambra, de la Cátedra de Bioética Fundación Grífols – UVIC-UCC. “La complejidad de la toma de decisiones en los hospitales y residencias respecto a la asignación de recursos vitales en una pandemia, el control social a través de dispositivos tecnológicos (no tanto por el rastreo de personas, tan frecuente en la serie Black Mirror, sino por el rastreo de los posibles contagios) y el impacto psicosocial del confinamiento y de la incertidumbre (a largo plazo y a nivel global) son algunos de los aspectos de la pandemia de la COVID-19 que no fueron completamente avanzados por la ficción”, argumenta Cambra.

Benjamín Herreros añade otros elementos de esta pandemia que la ficción no ha sido capaz de prever. “Los tratamientos alternativos y movimientos anticientíficos que han aparecido, las ideas conspiranoicas de que todo está planificado por intereses ocultos, cómo se ha tenido que hacer triaje para recibir soporte vital en el primer mundo, algo impensable hace poco, cómo los sanitarios han pasado de ser alabados y admirados a ser acusados y llevados a los tribunales, cómo una reclusión puede cambiar la vida de toda una sociedad”, denuncia con una lista que asegura podría ser inabarcable.

María Jesús Pascual, por el contrario, destaca que la ficción es capaz de mostrar sin pudor las imágenes de cadáveres mientras que en nuestra realidad los medios de comunicación han decidido omitirlas. “Creo que no ha llegado a la población la importancia de lo que estaba sucediendo y que los profesionales sanitarios han tenido que sufrir de primera mano. Dejaría abierto el debate sobre si se debe utilizar el miedo para conseguir cambios en los hábitos de la población en estos escenarios de crisis”.

La lista de conflictos éticos que podrían formar parte de una futura película que tratara esta pandemia, y que seguro llegará más pronto que tarde, es larga. La médica Amàlia Lafuente, autora de novela negra ambientada en el ámbito científico, organiza cada año un curso de verano sobre literatura y series científicas y médicas con Els Juliols de la UB y la Fundación Dr. Antoni Esteve. “Quién tiene derecho a ser atendido en un hospital, a acceder a la UCI, a tener un respirador, por no hablar de la falta de elementos de protección para los sanitarios, que han tenido que reciclar batas y hacer servir bolsas de basura como elementos de protección. Son aspectos que una ficción sobre la COVID-19 tendría que tratar sí o sí en su argumento”.

“La disquisición entre privilegiar la seguridad y la salud del colectivo frente a los derechos básicos de las personas y su autonomía para decidir sobre el confinamiento de grupos o ciudades, es decir, el dilema entre el bien común y la autonomía individual, es otro de los aspectos interesantes que se podrían tratar en una futura ficción. La autonomía y privacidad de las personas en casos de control social mediante dispositivos tecnológicos también se ve afectada y podrían ser reflejadas en una obra de ficción”, aseguran Núria Terribas e Irene Cambra. “Respecto a la posibilidad de encontrar una vacuna, es establecen diferentes cuestiones. En principio, la justicia, respeto y dignidad por la experimentación con seres humanos en los ensayos clínicos, la relación entre ciencia básica y ciencia aplicada y, una vez se encuentre la vacuna (si fuera así), la decisión de que esta fuera compulsiva o no”, añaden.

Mientras se preparan los guiones de futuras obras de ficción sobre una pandemia que hace solos unos meses nos parecería de ciencia ficción, el cine, más allá de la mencionada Contagio, nos deja un amplio abanico de propuestas en las que podemos sentirnos reflejados. Lafuente menciona El puente de Cassandra (1976), que muestra el confinamiento en un tren después de que un terrorista atacase una multinacional y se infectara con un virus que estaban experimentando en sus laboratorios. Dado que los diferentes ciclos y cursos presenciales sobre ficción y ciencia han quedado cancelados por causa mayor, siempre nos queda la opción de programarlos de forma individual en nuestros hogares con las propuestas que nos sugieren sus organizadores. A continuación, el que podría ser un buen ciclo sobre cine y COVID-19:

Pánico en las calles (Panic in the Streets), de Elia Kazan (1950)

El séptimo sello (Det sjunde inseglet), d’Ingmar Bergman (1957)

La amenaza de Andrómeda (The Andromeda Strain), de Robert Wise (1971)

Muerte en Venecia (Morte a Venezia), de Luchino Visconti (1971)

El Puente de Cassandra (The Cassandra Crossing), de George Pan Cosmatos (1976)

En el filo de la duda (And the Band Played On), de Roger Spottiswoode (1993)

12 monos (12 monkeys), deTerry Gilliam (1995)

Estallido (Outbreak), de Wolfgang Petersen (1995)

Mimic, de Guillermo del Toro (1997)

El retorno de la peste (Pest – Die Rückkehr), de Nikolaus Stein von Kamienski (2002)

28 días después (28 days later), de Danny Boyle (2002)

Soy Leyenda (I am Legend), de Francis Lawrence (2007)

A ciegas (Blindness), de Fernando Meirelles (2008)

Contagio (Contagion), d’Steven Soderbergh (2011)

Tren a Busan (Busanhaeng), de Yeon Sang-ho (2016)

A ciegas (Bird Box), de Susanne Bier (2018)