EscepticemiaPublications

GONZALO CASINO / @gonzalocasino / gcasino@escepticemia.com / www.escepticemia.com

Sobre el estudio de los mensajes de salud exagerados y sus posibles tratamientos

El estudio científico de la exageración en los mensajes de salud da para una breve historia. En las noticias de salud abundan las exageraciones, como en todo tipo de noticias. Exagerar es una manera de contar las cosas que no se ajusta a la realidad. Normalmente se distorsiona la realidad para llamar la atención, pero también por descuido, negligencia o interés. Cuando se habla de salud, y en especial de tratamientos, las exageraciones pueden generar falsas expectativas o miedos infundados. Tan acostumbrados estamos a los excesos y el sensacionalismo en la prensa, que se ha dado por hecho que los periodistas eran los únicos responsables de la difusión de ideas o afirmaciones que no se ajustan a la evidencia científica. Hasta que llegó Petroc Sumner y su equipo.

Sumner es un neurocientífico de la Universidad de Cardiff que se quedó tan preocupado como intrigado al ver cómo la prensa distorsionaba los resultados de sus investigaciones. Se puso a rastrear el origen de las exageraciones en la cadena de tres eslabones de la comunicación: el artículo científico, la nota de prensa que informa al periodista sobre esta investigación y el artículo periodístico. El 9 de diciembre de 2014, publicó un estudio en la revista BMJ que analizaba tres tipos de exageraciones en las notas de prensa de universidades británicas y en las noticias derivadas. Para sorpresa de muchos, observó que los periodistas no eran los únicos responsables, pues la tercera parte de las notas de prensa contenía exageraciones y las que eran exclusivas de las noticias no eran tan frecuentes como se creía.

Animado por el espíritu científico que empuja a confirmar las observaciones en un experimento y por la búsqueda de un remedio al grave problema de la exageración, al día siguiente de publicar su estudio anunció en The Guardian que iban a realizar un ensayo aleatorizado. Querían comparar diversas intervenciones en varios grupos de notas de prensa, consistentes en alinear sus mensajes con la evidencia científica, con otro grupo de notas sin intervención alguna. Cuando su grupo publicó en 2019 los resultados en la revista BMC Medicine, se evidenció que el experimento no había salido del todo bien y que no era posible constatar grandes diferencias entre los grupos y, por tanto, una relación de causalidad entre el rigor de las notas de prensa y el de las noticias. Con todo, el estudio sí mostró que la noticias pueden alinearse mejor con la evidencia y que los mensajes de cautela en las notas de prensa para prevenir las interpretaciones exageradas pueden trasladarse a las noticias.

Mientras este equipo estudiaba la transmisión de la exageración desde el mundo de la ciencia a las noticias, otros fueron sacando a la luz deficiencias varias en los artículos científicos, confirmando el papel central de las notas de prensa y añadiendo piezas al rompecabezas de la exageración y sus efectos. Los estudios sobre la calidad de las noticias de salud han ido mostrando que hay muchas maneras de exagerar, mas allá de las tres que investigó Sumner: hacer recomendaciones de salud que no están basadas en la evidencia, informar de relaciones de causa-efecto a partir de estudios observacionales y extrapolar a humanos los resultados de estudios en animales. Se ha constatado también que las noticias exageradas sobre intervenciones de salud afectan a las interpretaciones del público sobre sus beneficios y riesgos. Mejorar la calidad de las noticias, las notas de prensa y los artículos científicos podría ser un remedio, pero no es fácil de implantar ya que llamar la atención exagerando reporta beneficioso en los tres eslabones de la cadena. Una alternativa quizá más eficaz, aunque tampoco fácil, es poner el foco en la alfabetización médica y periodística de la población para evitar las interpretaciones exageradas.


Autor
Gonzalo Casino es periodista científico, doctor en medicina y profesor de periodismo en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Ha sido coordinador de las páginas de salud del diario El País durante una década y director editorial de Ediciones Doyma/Elsevier. Publica el blog Escepticemia desde 1999.

———————————–

Columna patrocinada por IntraMed y la Fundación Dr. Antoni Esteve