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La presencia de estas proteínas contra un virus no garantiza que estemos protegidos frente a la infección

NURIA IZQUIERDO-USEROS | Artículo original

Cada vez hay más personas que tienen anticuerpos frente al SARS-CoV-2, o bien porque han superado la infección o porque están vacunadas. Y en ambos casos, a pesar de las dudas científicas iniciales, ahora sabemos que la presencia de anticuerpos tiene una duración superior a un año y hay estudios inmunológicos recientes que hacen pesar que esa inmunidad puede durar mucho más tiempo. Esto es algo que ya ha ocurrido con algunos supervivientes del primer coronavirus SARS, que han mantenido anticuerpos frente al SARS original durante más de 10 años.

Para responder a la pregunta de nuestra lectora, tengo que decir que lo que hay que tener muy claro es que la presencia de anticuerpos contra un virus no garantiza que estemos protegidos frente a la infección. Para que los anticuerpos protejan, tienen que ser capaces de desarmar el virus. Por lo tanto, no vale cualquier anticuerpo, tienen que ser activos frente al virus, lo que llamamos anticuerpos neutralizantes. Si solo cuantificamos la cantidad de anticuerpos que tenemos, ese dato no nos dirá si son protectores o no.

Para poder determinar si hay anticuerpos protectores o neutralizantes es necesario hacer ensayos en el laboratorio. En esos ensayos se ponen en contacto los anticuerpos con el SARS-CoV-2 o con alguna de sus variantes y se analiza la capacidad que tienen de impedir que el virus entre en una célula humana. Pero esta técnica es laboriosa y se realiza generalmente en ensayos clínicos, por ejemplo para estudiar la eficacia de una vacuna o para analizar si las vacunas existentes funcionan igual de bien frente a las nuevas variantes del virus. No es una técnica diagnóstica que pueda usarse para analizar la calidad de la inmunización de una persona, sino que se emplea solo dentro del marco de estudios de investigación.

Además, todavía no sabemos qué cantidad de anticuerpos neutralizantes es necesaria para estar totalmente protegidos. Hay estudios en modelos animales que apuntan a que quizá no sea necesaria mucha cantidad para lograrlo, pero hace falta más investigación. Quizás no se trate de la cantidad de anticuerpos que tengamos, sino de la calidad de la respuesta de estos anticuerpos. En estos momentos, la mejor correlación de la protección frente a la infección se puede extrapolar si se detectan anticuerpos frente a la espícula del virus, y más concretamente, frente al lugar donde el virus se une a su receptor celular, que es la puerta de entrada que utiliza el SARS-CoV-2 para infectar una célula.

Otra consideración es que la respuesta tras la infección o la inmunización puede ser distinta en algunas personas. Por ejemplo, hay gente que tiene la inmunidad comprometida, o sigue tratamientos farmacológicos que afectan a su respuesta, o tiene una edad avanzada que compromete la calidad de su respuesta inmune. Yo creo que según vayamos vacunando a la población mundial iremos viendo que habrá grupos en los que la respuesta será peor. Esto quiere decir que las vacunas no van a ser igual de eficaces en todas las personas. Por eso en los ensayos clínicos se incluyó a personas de diferentes edades, para entender cómo iba a ser la respuesta en todos los grupos de edad y especialmente en aquellos más vulnerables.

Los datos que mejor nos dan una idea de lo protegidas que están las personas con anticuerpos preexistentes vienen, por un lado, de los estudios de reinfección, y por otro, de los ensayos clínicos de las vacunas. Los estudios de reinfección en trabajadores hospitalarios indican que haber pasado la covid-19 reduce el riesgo de volver a infectarse un 84%, un porcentaje que aumenta hasta el 93% para aquellas personas que inicialmente tuvieron una infección sintomática. Además, en estos estudios ya se ha tenido en cuenta el posible efecto que pueden tener algunas variantes, que de momento no parecen incrementar el riesgo de reinfección, por lo que parece que la protección contra el virus original sigue funcionando frente a estas variantes. Y en el caso de los ensayos clínicos con las vacunas, ya sabemos que todas ellas confieren una protección contra la infección que está por encima del 80%.

Por lo tanto, la respuesta a su pregunta sobre la protección de los anticuerpos requiere realizar un ensayo de laboratorio para determinar si los anticuerpos son neutralizantes. Dicho esto, también es importante saber que el hecho de tener anticuerpos es una buena noticia, porque si no los tienes, no pueden protegerte. Es decir, esta información ya es útil, aunque no sea suficiente. Sé que es frustrante, pero actualmente se está trabajando mucho para poder abordar mejor esta pregunta y conocer cuáles son las características que confieren protección a las personas.

En el caso de la lectora que nos escribe, los ensayos clínicos han demostrado que las personas que ya han pasado la enfermedad, como ella nos explica en su email, tienen un 84% menos de posibilidades de reinfectarse. Y esos son ensayos clínicos reales. Eso son buenas noticias, como también lo es el que cuando la gente se vacuna desarrolla una protección de más del 80% frente a la infección. Esos son los datos objetivos. Las personas que ya han pasado la enfermedad o que se vacunan se infectan en un porcentaje muchísimo más bajo que el resto de la población.


Nuria Izquierdo-Useros es doctora en biología, jefa del grupo de patógenos emergentes de IrsiCaixa.


Pregunta enviada vía email por María Jesús Ortega


Coordinación y redacción: Victoria Toro


Nosotras respondemos es un consultorio científico semanal, patrocinado por la Fundación Dr. Antoni Esteve y el programa L’Oréal-Unesco ‘For Women in Science’, que contesta a las dudas de los lectores sobre ciencia y tecnología. Son científicas y tecnólogas, socias de AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas), las que responden a esas dudas. Envía tus preguntas a nosotrasrespondemos@gmail.com o por Twitter #nosotrasrespondemos.