Publications

Todo lo que hay alrededor de la zona supermasiva en el medio de nuestra galaxia gira en equilibrio

ISABEL MÁRQUEZ | Artículo original

Pues no. Pero habrá que explicarlo. Hace unos 20 años se empezaron a detectar concentraciones de masa muy, muy, muy alta en el centro de las galaxias grandes, como la nuestra o mayores. La Vía Láctea es una galaxia espiral, eso quiere decir que su estructura es plana y tiene la parte central un poco más abombada. Cuando les explico a los peques esto les digo que es como si fuera un huevo frito que la yema es la parte que se llama el bulbo y el disco de la galaxia es la clara blanca. Y toda esa estructura gira en torno al centro. Para saber cuánta masa hay en el centro solo tenemos que medir la velocidad a la que giran las estrellas o el gas que hay alrededor de ese centro.

Y lo que vemos es que hay una concentración de masa muy grande en un espacio muy pequeño. Ese tipo de masa solo puede ser un agujero negro supermasivo. Los agujeros negros que conocemos pueden ser de dos tallas: los estelares, que nacen de la muerte de estrellas muy masivas, que tienen como mucho una decena o algunas decenas de veces la masa del Sol. Y luego están los supermasivos, y aquí el “súper” es de verdad súper, porque tienen millones de veces la masa del Sol. Eso que veíamos que ocurría en el centro de las galaxias era muy difícil de explicar excepto si imaginábamos que ahí había un agujero negro supermasivo. Pero como esas galaxias están lejos de nosotros, no teníamos precisión en la medida espacial para saber si la zona era lo suficientemente pequeña como para que la única explicación fuera la existencia de un agujero negro de ese tipo.

Para resolver ese dilema lo que hemos hecho es acudir al centro de galaxia que tenemos más cercano, el de la nuestra. El problema del agujero negro del centro de nuestra galaxia es que, como nosotros estamos en la parte de fuera de la Vía Láctea, lo vemos muy oscurecido porque hay una cantidad enorme de polvo que nos impide mirarlo en la longitud de onda visible, así que tenemos que usar el espectro infrarrojo porque la luz infrarroja atraviesa mejor el polvo. Observando en el infrarrojo se han hecho estudios para medir directamente cómo cambia la posición de estrellas en la parte central de la galaxia. Lo que se ha visto en una investigación que ha durado una decena de años es que, primero, se trata de un lugar en el que no hay ninguna estrella, nada que emita luz. Una explicación compatible con lo que se observaba al medir las órbitas individuales de las estrellas que hay alrededor de esa área es que en el centro estuviera todo girando alrededor de una zona oscura. Y lo único que explica esto es que en ese lugar haya algo con cuatro millones de veces la masa del Sol. Esa es una de las pruebas más claras de que en el centro de las galaxias hay agujeros negros supermasivos. También hay que saber que este no es de los más “súper”, porque los hay que son de miles de millones de veces la masa del Sol.

El tamaño de los agujeros negros supermasivos depende de lo gorda que sea la masa central de la galaxia: cuanto más masiva sea la parte central de la galaxia, más masivo es el agujero negro. Para hacerse una idea de la relación de tamaños conviene saber que esa zona en la que creemos que hay un agujero negro tiene minutos de años luz de tamaño o incluso menos y el centro de las galaxias en las que está tienen cientos o cientos de miles de años luz.

La respuesta a la pregunta es no, porque todo lo que hay alrededor del agujero negro supermasivo del centro de nuestra galaxia está girando en equilibrio. Es muy difícil que la materia que orbita alrededor y a cierta distancia del núcleo pierda su momento angular, es decir, su capacidad de rotar, y cambie su trayectoria para dirigirse hacia el agujero negro. Para que eso ocurriera debería haber algún mecanismo que provocara su desestabilización. Los agujeros negros, incluso los supermasivos, tienen un radio de influencia y más allá de ese radio no afectan a los objetos que están ahí. Solo a partir de cierta distancia ocurre que la materia se va hacia el agujero negro. Los agujeros negros se tragan solo hasta, como si dijéramos, donde les llega el brazo. 


Isabel Márquez es doctora en astrofísica e investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC).


Pregunta realizada vía email por las alumnas y alumnos de 4º de la ESO del IES As Barxas de Moaña (Pontevedra).


Nosotras respondemos es un consultorio científico semanal, patrocinado por la Fundación Dr. Antoni Esteve, que contesta a las dudas de los lectores sobre ciencia y tecnología. Son científicas y tecnólogas, socias de AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas), las que responden a esas dudas. Envía tus preguntas a nosotrasrespondemos@gmail.com o por Twitter #nosotrasrespondemos.