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Una corriente a la que pertenecía George Everest, el topógrafo británico que dio nombre a la montaña del Himalaya, fue la que empezó con la triangulación para realizar estos cálculos

ANA CRESPO-BLANC | Artículo original

Primero le voy a contar cómo se medía la altura de las montañas al principio. Hace un par de siglos, se utilizaba la variación de la presión atmosférica. Por ejemplo, en 1802 Alexander von Humboldt midió la altura del volcán Chimborazo, que está en Ecuador. Para hacerlo utilizó un barómetro. Subió hasta la cumbre y simplemente usando las leyes de Torricelli, como la presión disminuye con la altitud no de manera totalmente lineal pero casi, pudo calcular la altura aunque solo aproximadamente. El problema con este método es que las condiciones meteorológicas locales también hacen que varíe la presión por lo que es impreciso.

Más tarde hubo toda una corriente a la que pertenecía George Everest, el topógrafo británico que dio nombre a la montaña del Himalaya en los años cincuenta del siglo XIX, en la que se empezó con la triangulación. ¿Esto cómo funciona? Si usted está en un punto al pie de la montaña y conoce perfectamente la distancia que le separa de ella, con un aparato que mide con mucha exactitud los ángulos y que se llama teodolito puedes conocer el ángulo formado por la línea que une la cumbre de la montaña con el punto en el que estás y la horizontal. Así, conociendo un lado del triángulo (la distancia horizontal a la montaña o cateto adyacente) y la tangente del ángulo, por trigonometría, puedes calcular la altura de la montaña (el cateto opuesto). Pero este método también tenía problemas porque a más distancia del pie de la montaña, más imprecisión en la altura calculada. Para obtener medidas más fiables, lo que hacían era una serie de pequeños triángulos rectos intermedios para obtener la altura total.

Pero también en este caso puede haber controversia porque, ¿dónde ponemos el 0? Y es que la altura se mide con respecto a un referente. Antiguamente ya se sabía que el nivel del mar, que podía ser un excelente 0, oscilaba. Lo que se hacía era una media entre los niveles máximos y mínimos de las mareas. Actualmente, sabemos algunas cosas más. La primera es que la Tierra no es perfectamente esférica. Es un elipsoide que está achatado en los polos y es más ancho en el ecuador simplemente por la rotación. Y eso influye en las medidas de las montañas. Si tú mides el Everest con respecto al centro de la Tierra, está más bajo que el Chimborazo porque el Everest no está en el ecuador, mientras que el Chimborazo sí lo está, así que con respecto al centro de la Tierra, está más “alto” que el Everest en unos 1.800 metros.

También sabemos ahora que los niveles del mar varían del orden de unos 100 metros debido a la diferencia de atracción gravitatoria generada por la distribución heterogénea de las masas en el interior del planeta. Este efecto se tiene que añadir a la atracción de la Luna responsable de las mareas… ¿Entonces, dónde ponemos el 0 para medir las montañas? En lo que se llama el geoide. Imaginamos que debajo del Everest, o cualquier otra montaña, sigue el agua de los océanos. La altura de este supuesto océano adoptaría lo que se llama una equipotencial de gravedad. Es decir que la gravedad sería la misma a lo largo de toda esa superficie. Esto se calcula con gravimetría. Tomando la gravedad en diferentes puntos se puede decir a qué altura teórica estaría el nivel del mar imaginario, el geoide: esa es la superficie de referencia para calcular la altura de una cumbre.

Pero este paso se evita con el GPS, que es el método que usamos al día de hoy para medir la altura de las montañas. En este caso también se mide mediante triangulación pero la diferencia es que contamos con un referente externo. Los satélites del GPS hacen como una especie de red de referencia. Con respecto a esa red de referencia se miden distintos puntos con precisiones que son impresionantes, del orden de milímetros a distancias de centenares de kilómetros.


Ana Crespo-Blanc es catedrática del departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada.


Pregunta enviada vía email por Paula García


Coordinación y redacción: Victoria Toro


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