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Personal del Ayuntamiento de Barcelona ha ayudado a levantar 45 proyectos de cooperación con sus aportaciones

CARME BORRELL | Artículo original

En 1970, la Asamblea General de las Naciones Unidas se propuso destinar el 0,7% del Producto Nacional Bruto como ayuda oficial a los países en desarrollo por parte de los países de renta alta. Fue una importante resolución, la 2626, denominada ‘Estrategia internacional de desarrollo para el segundo decenio de las Naciones Unidas para el desarrollo’. A pesar de que medidas como aquella resultan necesarias, aunque no suficientes para redistribuir la riqueza, el objetivo de Naciones Unidas (ONU) no se ha conseguido. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el año 2017 únicamente cinco países -Dinamarca, Luxemburgo, Noruega, Suecia y Reino Unido- cumplieron con el objetivo de la ONU de donar por lo menos el 0,7%. El Estado español se situó en un 0,19%.

Tal como he comentado en otros artículos, la salud de la población depende de las condiciones de vida y trabajo de las personas. Por lo tanto, la ayuda al desarrollo también fomenta la mejora de la salud de la población. Pero, además, existe abundante bibliografía científica que muestra cómo el voluntariado y las tareas solidarias mejoran la salud física y mental de las personas.

La cooperación de oenegés

También es necesario destacar que la cooperación en materia de salud la prestan grandes organizaciones no gubernamentales como Médicos Sin Fronteras, Medicus Mundi o Médicos del Mundo. La primera se define como “una organización de acción médico-humanitaria que asiste a personas amenazadas por conflictos armados, violencia, epidemias o enfermedades olvidadas, desastres naturales y exclusión de la atención médica” y está trabajando por ejemplo en la lucha contra la enfermedad del ébola en la República Democrática del Congo o facilitando atención sanitaria en un país en guerra como es Yemen.

Medicus Mundi pretende erradicar la pobreza de forma que cualquier persona pueda vivir dignamente y ejercer efectivamente su derecho a la salud. Entre otros proyectos, promueve el empoderamiento de las mujeres y el desarrollo social y educacional en países de renta baja. Por su parte, Médicos del Mundo se define como una asociación independiente que trabaja para hacer efectivo el derecho a la salud de todas las personas, especialmente las de poblaciones vulnerables, excluidas o víctimas de catástrofes naturales, hambrunas, conflictos armados o violencia política. Y lo hace en áreas como el acceso a la salud, drogodependencias, mutilación genital femenina o prostitución y trata.

Pero hay también iniciativas a pequeña escala que promueven la solidaridad hacia personas con menos recursos. Así, algunas universidades (la Politècnica de Catalunya, Autònoma de Barcelona), ayuntamientos (Barcelona, Santa Coloma de Gramenet) o el Departamento de Salud del Gobierno Vasco, entre otras, promueven la donación económica por parte de las personas trabajadoras o estudiantes con la finalidad de financiar proyectos de cooperación. En Barcelona, desde hace 18 años, existe ZerosetBCN, una asociación de personas que trabajan o han trabajado en el Ayuntamiento que destinan una pequeña parte de la nómina a proyectos sociales, y cada año se abre una convocatoria para financiar iniciativas solidarias.

En estos años ZerosetBCN ha financiado 45 proyectos (por un total de 130.000 Euros). Sobre ese total, hay algunos  directamente relacionados con la atención sanitaria, como ‘Malaria cero’ en Gambia (2017), la asistencia sanitaria a la infancia en un hospital de Sierra Leona (2013), la compra de un generador para un centro sanitario en la República Democrática del Congo (2009) o el desarrollo de la atención primaria de salud en Riberalta –Bolivia- (proyecto de Medicus Mundi co-financiado en 2000). Muchos otros tienen una relación directa con programas nutricionales y alimentarios, que también inciden directamente en la salud. Y, finalmente, muchas de las iniciativas sociales promovidas tienen impacto en los determinantes sociales de la salud, y por lo tanto en la salud.

Ayuda a la financiación

La singularidad de ZeroserBCN es que no ejecuta proyectos, sino que solo ayuda a financiarlos, sin gastos de gestión, mediante convocatorias abiertas donde se decide el destino del dinero por votación colectiva. Todo ello hace que ZerosetBCN resulte un proyecto atractivo, aunque a día de hoy tiene menos de 100 personas socias.

Evidentemente, estas iniciativas son a pequeña escala y no pretenden aportar grandes soluciones. Pero sí su grano de arena evidenciando las desigualdades económicas de nuestro planeta y financiando proyectos modestos que pueden ayudar a avanzar a pequeñas comunidades.