GONZALO CASINO / @gonzalocasino / gcasino@escepticemia.com / www.escepticemia.com

Sobre los factores que convierten, o dejan de convertir, lo interesante en noticia

Hay que ser un tanto iluso para pensar que las noticias que nos llegan, incluso en el campo de la salud, son las que realmente interesan al público. Las noticias son una cosa y lo noticioso (es decir, lo que interesa conocer al público y, por tanto, merecería ser convertido en noticia) otra bien distinta. Medir el interés de una noticia por la presencia y la relevancia que tienen en los medios, es un error. Las noticias son un constructo social (léase, un producto, un bien que se puede comprar y vender, un objeto en términos ontológicos), y el interés periodístico, valor noticioso o noticiabilidad (newsworthiness, en inglés) es un juicio psicológico. El valor noticioso de una información novedosa, ya sea de índole política, científica o de otro tipo, es solo uno de los muchos y no bien conocidos factores que determinan que acabe convertida en noticia.

Como puso de relieve una investigación de Pamela Shoemaker y Akiba Cohen, todo el mundo (periodistas, profesionales de las relaciones públicas y audiencia tanto de bajo como de alto nivel socioeconómico) coincide al ordenar una lista de noticias según su valor noticioso, con independencia de que los diferentes medios les concedan un espacio y una relevancia variables. Este trabajo fue realizado en países tan diversos como Chile, Australia, China, Alemania, India, Rusia, Israel, Jordania, Estados Unidos y Sudáfrica, y en todos ellos el juicio psicológico sobre el valor noticioso fue muy similar, sin importar la clase social del evaluador y ni siquiera si era o no periodista. Otro asunto bien distinto es lo que luego convierten en noticia los medios de dichos países, pues el sistema político, la orientación ideológica del medio y otros factores resultan decisivos. Lo relevante es que el juicio previo de valor noticioso que se hace de un hecho antes de decidir qué se difunde es muy parecido.

Lo que difunden los medios sobre ciencia y medicina no es exactamente lo que más interesa al público, ni tampoco lo más relevante científicamente o educativamente

Las noticias de ciencia y salud no son una excepción, ni siquiera al primar las malas noticias sobre las buenas. Aunque son el arquetipo de las llamadas noticias soft o blandas (es decir, las que no precisan una difusión inmediata) por contraposición a las hard o duras (las de política, accidentes, crímenes, deportes, etc., que no pueden esperar porque dejarían de ser noticia), su difusión también obedece a una serie de condicionantes que van más allá de su valor noticioso. Lo que difunden los medios sobre ciencia y medicina no es exactamente lo que más interesa al público, ni tampoco lo más relevante científicamente o educativamente, sino un popurrí de noticias condicionadas por una serie de factores entre los que hay que destacar los intereses profesionales y económicos de la llamada industria de la salud. Esto no es una conclusión firmemente asentada, sino más bien una hipótesis plausible y apoyada en algunos indicios y estudios científicos diversos y desperdigados.

Mientras no se estudien a fondo los factores de la noticibialidad en ciencia y medicina, debemos sospechar que el escaparate de noticias está muy condicionado por todos esos intereses económicos y profesionales que hay detrás de todo el dispositivo de comunicados de prensa y mensajes promocionales. Decía Manuel Vázquez Montalbán que “para saber leer cualquier medio, en cualquier lenguaje, lo primero que hemos de aprender es quién es el propietario de ese medio y, a partir de ahí, se puede empezar a descodificar cada lingüística comunicacional”. Para leer las noticias de medicina y salud también conviene tener en cuenta esta recomendación, dejar de ser ilusos y aplicar el mismo sentido crítico que como lectores solemos poner al leer y descodificar las noticias políticas o de otra índole.


Autor
Gonzalo Casino es periodista científico, doctor en medicina y profesor de periodismo en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Ha sido coordinador de las páginas de salud del diario El País durante una década y director editorial de Ediciones Doyma/Elsevier. Publica el blog Escepticemia desde 1999.

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Columna patrocinada por IntraMed y la Fundación Dr. Antonio Esteve:

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