Las investigaciones han identificado dianas terapéuticas para mejorar la calidad de vida de las personas y la eficiencia del sistema sanitario

NÚRIA JAR BENABARRE / NOTICIA MATERIA

Quince proyectos españoles en ciencias de la vida y de la salud han recibido 50.000 euros cada uno para crear empresas biotecnológicas a partir de los resultados de sus investigaciones. Cada uno cuenta con un mentor, que ya está en el mundo de la empresa, para acompañarlos durante seis meses en el proceso de creación.

La mayoría de investigaciones ha identificado dianas terapéuticas relacionadas con enfermedades muy prevalentes y crónicas en todo el mundo como el cáncer, los accidentes cerebrovasculares y las demencias. Es la primera edición de CaixaImpulse, un programa de Caixa Capital Risc y la Obra Social La Caixa, que ha invertido un total de 1,3 millones de euros en estos proyectos que prometen mejorar la calidad de vida de las personas y la eficiencia del sistema sanitario. Estos son tres de los quince proyectos ganadores:

Detectar el alzhéimer

Marta Barrachina, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), podrá probar durante los próximos dos años en tres hospitales catalanes un kit para la detección precoz del alzhéimer. Esta enfermedad afecta más de 40 millones de personas en todo el mundo, se acostumbra a diagnosticar tarde y no existe una terapia para curarla. El equipo de Barrachina ha identificado un biomarcador de la enfermedad en cerebros humanos post mortem de personas con alzhéimer en estados muy iniciales.

Esta huella en el cerebro les ha inspirado para conseguir un método que identifique este tipo de demencia hasta 20 años antes de la aparición de los primeros síntomas, cuando se considera que empieza a gestarse en el cerebro. A largo plazo, Barrachina se imagina una prueba de detección precoz no invasiva de esta enfermedad neurodegenerativa a partir de los 50 años, como ya tiene el cáncer de colon. “Todos queremos ganar tiempo y evitar los elevados costes de los tratamientos”, resume Barrachina sobre el objetivo de los 15 científicos.

Células madre que ‘valen’ para todo

La carrera de Ana Belén Álvarez de la Fundació Bosch i Gimpera tiene lugar en el campo de la medicina regenerativa. Por ahora su mejor marca es una semana. En siete días su equipo ha conseguido que células de la piel se conviertan en células madre multipotentes. Con 50.000 euros tratará de convencerlas para que se diferencien en células de pulmón, páncreas e hígado y regenerar tejidos de forma más rápida y simple que son clave en la recuperación de enfermedades que afectan a estos órganos. La regeneración y las células de la piel también son el terreno de Xavier Puñet del Instituto de Bioingeniería de Catalunya (IBEC).

Su propuesta es el diseño de un apósito inteligente para tratar úlceras crónicas. Su venda está hecha de fibras nanométricas que contienen unas nanopartículas que liberan un principio activo que estimula la regeneración de la piel. De momento ha dado “muy buenos” resultados en animales y ahora quiere probarlo en humanos para conseguir “curar la herida”, en lugar de cicatrizarla como se hace actualmente. Las úlceras son un tipo de herida muy habitual, recurrente y dolorosa en pacientes de edad avanzada y con la movilidad reducida, que supone el 5% el presupuesto sanitario de la Unión Europea.

A por el ictus

También en fase animal se encuentra la investigación de Teresa Gasull de l’Hospital Germans Trias i Pujol. Su equipo ha identificado una proteína, de baja toxicidad porque se encuentra de forma natural en el organismo, con potencial para “reducir la mortalidad y la discapacidad” en los pacientes con ictus. Ahora invertirá el dinero y la formación de CaixaImpulse en elaborar un informe que le permita contar sus resultados a otros inversores, conseguir fondos y conseguir un tratamiento nuevo “entre cinco y siete años”.

En el caso de que estos proyectos tengan éxito los responsables de CaixaImpuls declaran que reinvertirían la misma partida económica en otros grupos de investigación. Según un estudio de mercado realizado por la entidad bancaria otros centros de investigación de países extranjeros, como el Max Planck de Alemania, tienen sus propios programas de acompañamiento. En cambio, la transferencia del conocimiento es “más complicada” en los centros de investigación españoles por “su tamaño”.