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Nos toca reproducir y aumentar su legado, permitiendo que personas con discapacidades participen en el campo de la ciencia

Wanda Díaz Merced | Artículo original

El miércoles escuché la noticia del fallecimiento del campeón de la cosmología y astronomía teórica, Stephen Hawking.  De inmediato pensé en lo que importante que fue para mi, y tal vez para otros, el hecho de que el Dr. Hawking siempre fue y será identificado y recordado como científico del más alto calibre.

Otros han sido y serán nombrados profesores en la cátedra Lucasiana antes y después de él, pero la Universidad de Cambridge siempre será recordada por científicos como Stephen Hawking, y como sir Isaac Newton, que también ocupó esa cátedra.  

Soy mujer, afrocaribeña, nacida en Puerto Rico, ciega total y científica que investiga en el campo de la astronomía. En particular, llevo a cabo investigación en el efecto de la energía que emana del sol sobre los rayos cósmicos. Esta es una energía muy potente, que viaja a través del medio interestelar casi a la velocidad de la luz.

Participación igualitaria

Abogo por participación igualitaria en la ciencia, y en particular en la astronomía. Al igual que el Dr. Hawking (y tengo que comer mucha sopa para llegarle al dedo gordo) normalmente nadie imagina que soy científica. Y en muchas ocasiones las personas se sorprenden y hasta dudan de mi capacidad investigativa. Sé por experiencia que no fue fácil para el Dr. Hawking. 

 

Su indiscutible legado es el que produjo más ciencia que ningún otro científico contemporáneo (con o sin discapacidad física) y no hubo contexto social capaz de detenerle u obligarle a cambiar su identidad como científico. Pienso, desde mi contexto como científica, que el Dr. Hawking tenía la autoestima suficiente para desarrollar al máximo su talento, utilizando sus particulares formas de percepción y ejecución.

El factor humano

Tal vez llevó a la Universidad de Cambridge a ir mas allá del acomodo razonable, apoyando el factor humano. Esto equivale a una métrica de productividad muy distante del actual modelo, que presenta un gran desequilibrio entre la productividad y la estabilidad laboral: a los científicos se les exige una gran productividad, y a la vez se les somete a una inestabilidad laboral constante, lo que dificulta la vida de los ciertos colectivos de investigadores como las mujeres o los científicos con diversidad funcional. 

Tal vez eso, sumado a otros apoyos emergentes de su contexto social, llevó a Hawking a producir mas ciencia que ninguno otro, llegando a destacarse como orador, escritor y astrónomo divulgador.

Solo pude conocer su extensa y productiva vida a través de sus libros y artículos científicos. Ahora nos toca reproducir y aumentar ese legado, permitiendo que personas con discapacidades participen de forma igualitaria en el campo de la ciencia. Y enfocando la ciencia en el uso completo y sin perjuicios de la capacidad que inherentemente todos los humanos poseemos para la exploración. Gracias Dr. Hawking.  

La autora de este artículo forma parte de la Red de Científicas Comunicadoras.