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Cuando se presenta una hetorocromía completa de iris, el ojo más claro es aquel que debido a una falta de melanina no ha llegado a pigmentarse como debiera

ELENA SALOBRAR-GARCÍA | Artículo original

El color de los ojos es un rasgo genético y, por ello, depende del color de ojos de tus padres. El más frecuente es el iris marrón seguido por el azul y lo más raro es un iris verde. Realmente, el causante de la tonalidad de nuestros ojos es la concentración de un pigmento, melanina, en la cara anterior del iris. A más melanina ojos más oscuros y los ojos más claritos tienen menos cantidad de melanina.

En medicina, el que un individuo presente ojos de diferente color se denomina heterocromía de iris. La heterocromía completa de iris es una condición poco frecuente con una incidencia de seis personas cada diez mil. Pero lo que sí es mucho más común es la heterocromía parcial o central de iris.

La heterocromía parcial es aquella en la que uno de los ojos tiene un sector con un color diferente, mientras que la central, que es todavía más habitual, consiste en tener la parte externa del iris de un color y la parte interna de otro. Éste último es el más común y no suele darse junto a patologías.

Esto se produce durante el desarrollo. Cuando los niños nacen suelen tener los ojos muy claritos y durante el crecimiento se deposita melanina en la zona anterior del iris o epitelio. Por esto, muchos bebés tienen los ojos azules al nacer y después, cuando se van haciendo mayores, sus ojos se oscurecen. De hecho, cuando se presenta una hetorocromía completa de iris, el ojo más claro es aquel que debido a una falta de melanina no ha llegado a pigmentarse como debiera. Esto no tiene por qué ser debido a ninguna patología, simplemente la pigmentación de un ojo ha sido diferente a la del otro. En la mayoría de los casos estos ojos están perfectamente sanos y ven exactamente igual de bien.

Las causas de esta anomalía son variadas. La mayor parte de los casos tiene una estrecha relación con la herencia genética y no están asociados a ninguna enfermedad. Pero en algunas ocasiones, la heterocromía de iris puede darse como un signo clínico asociado a una enfermedad. Por esta razón, cuando un bebé o una niña o niño tienen los ojos de distinto color, deben visitar al oftalmólogo para descartar que haya detrás una patología que lo haya producido, aunque son raras y con baja incidencia.

Por último, la heterocromía de iris también puede ser adquirida. Es decir, alguien puede nacer con los ojos del mismo color y cuando ya es adulto, uno de los dos ojos cambia su tono. Este cambio puede estar indicando una enfermedad oftalmológica, un traumatismo ocular o, en ocasiones, el uso de ciertos fármacos que pueden causar el cambio de tonalidad del iris, como por ejemplo el tratamiento con ciertas gotas para el glaucoma (análogos de la prostaglandina). En el caso de los adultos en los que uno de sus ojos cambia de color debe buscarse siempre la valoración de un especialista.


Elena Salobrar-García es doctora en Ciencias de la Visión e investigadora del Instituto de Investigaciones Oftalmológicas Ramón Castroviejo de la Universidad Complutense de Madrid.


Pregunta enviada vía email por la clase de Bilogía de 4º de la ESO A/B del IES Villa de Aspe (Alicante)


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