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Mientras la prohibición de las harinas que causaron la enfermedad continúe en vigor no volverá a producirse una epidemia

CRISTINA ACÍN | Artículo original

El último caso que se ha diagnosticado en España ha sido en 2019, pero se trata de casos que se llaman atípicos, que no son como los de la década del 2000. Se dan en vacas muy viejas y nadie sabe si relacionarlos o no con la epidemia. El último diagnóstico que sí está relacionado con el boom fue en 2014 por lo que podríamos decir que, desde 2014, estamos prácticamente a salvo de casos de vacas locas.

La causa de la enfermedad estaba relacionada con el consumo de determinadas harinas. A los animales se les dio de comer piensos hechos con sus propias carnes y sus propios huesos. Las vacas enfermaron al consumir esas harinas que estaban contaminadas porque se habían fabricado con cadáveres de animales que tenían la enfermedad. Tras prohibirse el consumo de esas harinas hubo un pico de casos en 2003 y 2004 que es cuando empieza a hacer efecto la prohibición y luego quedó otro pico que era de los animales que habían consumido esas harinas y se hicieron mayores, con edades hasta los 8, 9 o 10 años. Después de eso quedan ya solo casos esporádicos porque, en el momento en el que controlas el origen de la enfermedad, lógicamente la erradicas.

Mientras la prohibición de esas harinas continúe en vigor no volverá a producirse una epidemia de esta enfermedad, al menos con ese origen. En España se sigue haciendo vigilancia de todos los animales que se mueren en las granjas para controlar si se da algún caso positivo. Si seguimos con este nivel de vigilancia y con la prohibición de esas harinas, no tiene por qué producirse una nueva epidemia.

La de las vacas locas, cuyo nombre científico es encefalopatía espongiforme bovina o EEB, es una enfermedad priónica. El agente que la produce es una proteína que se parece mucho a una proteína nuestra. Tú ingieres ese agente, esta proteína se digiere, se absorbe por el intestino y cuando llega al sistema nervioso central, al cerebro, es capaz de cambiar nuestras proteínas y hacerlas enfermar. Son muy parecidas a enfermedades como el alzhéimer o el párkinson, a las que conocemos como enfermedades prion-like, es decir, similares a las causadas por priones.

El problema de que sea una proteína la que lo produce es que no tenemos herramientas para combatirlas, no podemos, por ejemplo, hacer una vacuna para prevenirlas.

Y el mal de las vacas locas no es la única enfermedad priónica. Está también el scrapie de las ovejas que conocemos desde hace más de doscientos años y que sigue atacando a los animales. En España se diagnostican varios a la semana y es muy difícil de erradicar. Cuando se producen casos se contamina el suelo y el resto de ovejas que están cerca de la que ha dado positivo se pueden contagiar. Precisamente el scrapie se considera como el origen del mal de las vacas locas porque para hacer las harinas de carne y hueso se usaron cadáveres de ovejas que habían muerto por él.

Las vacas que comieron esas harinas ingirieron el prion, lo absorbieron y este llegó a su sistema nervioso. El primer caso de EEB se diagnosticó en 1986. La carne de esas vacas enfermas se comercializó, hubo personas que la comieron, sus organismos absorbieron la proteína priónica, esta llegó a su sistema nervioso y también enfermaron. Es decir, en solo diez años y por segunda vez, la enfermedad había vuelto a saltar la barrera de especie. Y eso fue el mal de las vacas locas.

Desde hace un tiempo hay también una enfermedad priónica que afecta a los ciervos y los alces, se llama caquexia crónica (CWD por sus siglas en inglés) y se trasmite igual que el scrapie de las ovejas. Solo se había diagnosticado en Estados Unidos, Canadá y Japón, pero el año pasado se diagnosticó por primera vez en varios países del norte de Europa. En España estamos bastante más al sur, no se ha empezado una vigilancia todavía, pero estamos trabajando ya para intentar diagnosticarla si apareciera.

Hay otra que afecta al visón, encefalopatía espongiforme del visón y otra que afecta a los felinos, encefalopatía espongiforme felina, que apareció también a causa de las vacas locas. En veterinaria esas son las más importantes. Son enfermedades que se controlan mucho porque ya sabemos que ha saltado la barrera entre especies una vez, así que podrían volver a hacerlo y eso las hace muy peligrosas.


Cristina Acín es doctora en Veterinaria, jefa del área técnica y de garantía de calidad del Laboratorio Autonómico de Aragón de Encefalopatías Espongiformes Transmisibles.


Pregunta realizada vía email por Cristina Álvarez


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