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La cogobernanza real de nuestras instituciones, no simplemente ayudas, sino gobiernos compartidos multinivel al estilo federal, es imprescindible

CARME VALLS-LLOBET | Artículo original

Los rebrotes de contagios por coronavirus en todos los países de Europa, están indicando que la esperada remisión durante el verano no se ha producido. Casi cinco millones de casos identificados y más de 225.000 fallecidos hacen saltar las alarmas de la sanidad de todos los países. Aunque la respuesta inicial fue el repliegue dentro de las fronteras del Estado nación, el mismo director regional para Europa de la OMS, Hans Kluge, ha hecho una llamada a la coherencia regional y la necesaria acción coordinada de los países europeos, empatizando con la fatiga que está sintiendo la ciudadanía, pero recordando que la cuarentena de 10 a 14 días de las personas infectadas era y es una piedra angular de la batalla contra el virus.

Sin embargo, a estas alturas de la pandemia, ya no podemos conformarnos con buenas palabras, y menos cuando entramos en el otoño, con el invierno a la vuelta de la esquina. Sabemos que el frío aumenta las infecciones por todo tipo de bacterias y virus, y que nos deberemos enfrentar también a la gripe estacional, bastante benigna el año pasado, pero que incide sobre la misma población de riesgo, y que la vacunación de la gripe, aunque se adelante, solo será paliativa. Por lo tanto, la tensión sobre el sistema sanitario y en primer lugar sobre la atención primaria está asegurada. Responsables del cribado de posibles infectados y de la atención de todo tipo de patologías, además de los miles de llamadas diarias que ahora deben realizar, los profesionales están al límite de sus posibilidades. Teniendo en cuenta además que más de 7.000 sanitarios han fallecido ya en todo el mundo, siendo mujeres las tres cuartas partes, por lo que el sistema debe también preservar su salud.

Nos falta una respuesta unitaria y coordinada, que asegure la atención de calidad de la medicina de familia y la especializada, y que no sobrecargue más las condiciones de trabajo de nuestros MIR, que están en periodo de formación y sin embargo, sostienen con su esfuerzo y con sus vidas todo el sistema sanitario y los servicios de urgencia. El primer Congreso Nacional Covid-19, que ha reunido a 55 sociedades científicas, pide que los responsables políticos se guíen por criterios sanitarios basados en la mejor evidencia científica disponible. Con lealtad y colaboración entre instituciones. No es soportable que algunos políticos culpabilicen al de arriba o al de abajo, o a otras autonomías, para quitarse la responsabilidad de encima.

Como todo gobierno de problemas complejos y la pandemia lo es, la cogobernanza real, de nuestras instituciones, no simplemente ayudas, sino gobiernos compartidos multinivel al estilo federal, es imprescindible. Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, lo ha planteado bien claro en su primer discurso sobre el estado de la Unión. Ha propuesto el desarrollo de una Unión sanitaria europea, con agencias especificas para hacer frente a la emergencia. ¿Para cuando reforzamos las nuestras y nuestro gobierno interterritorial?