Sin precedentes. Así podría resumirse en dos palabras el último brote provocado por el virus del Ébola. La epidemia, iniciada en diciembre del 2013, fue la primera en aparecer en África Occidental desde que se descubrió el virus en 1976. También fue la primera vez que un brote del virus del Ébola irrumpía en zonas urbanas densamente pobladas. Hasta entonces, la mayoría de brotes quedaban confinados en zonas rurales, sin superar nunca los 400 casos. Esta vez, el número de casos declarados superó los 28.000.

Nunca un brote de este virus había tenido tampoco tanta repercusión internacional. Por primera vez, el virus llegó a Estados Unidos y a Europa. La magnitud de la epidemia fue tal que la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 8 de agosto de 2014, la declaró “una emergencia de salud pública internacional”. En consecuencia, la epidemia del virus del Ébola se hizo viral y dominó los medios de comunicación durante meses. La preocupación de que el brote se extendiera a occidente desató el pánico, pese a las advertencias de los expertos de la imposibilidad de que se generase un brote del virus del Ébola fuera del foco original.

Los medios de comunicación tuvieron un papel muy relevante a la hora de informar a la población sobre la enfermedad por el virus del Ébola y el avance de la epidemia. Las acusaciones de alarmismo y sensacionalismo volvieron a planear sobre la profesión periodística. También los organismos oficiales, desde la OMS hasta las autoridades sanitarias españolas, se pusieron nuevamente en entredicho, sobre todo con la gestión de la información referente al contagio de la enfermera Teresa Romero.

Con el objetivo de analizar el tratamiento informativo del brote del virus del Ébola en la prensa internacional, la Fundación Dr. Antonio Esteve organizó el pasado 19 de enero de 2016 en Barcelona un nuevo debate sobre periodismo científico en el que cuatro periodistas y cuatro científicos discutieron a puerta cerrada sobre cómo se comportan los medios de comunicación ante situaciones de emergencia sanitaria. Gema Revuelta, directora del Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad de la Universitat Pompeu Fabra, fue la encargada de moderar el debate.

La comunidad científica estuvo representada en el debate por Joan Artur Caylà, del servicio de epidemiología de la Agència de Salut Pública de Barcelona; Josep Maria Gatell, del servicio de enfermedades infecciosas y sida del Hospital Clínic; Luis Encinas, coordinador de operaciones en África occidental y experto en ébola de Médicos Sin Fronteras; y Elena Ronda, del departamento de medicina preventiva y salud pública de la Universidad de Alicante.

Por su parte, acudieron como periodistas Graziella Almendral, de Indagando TV; Michele Catanzaro, de El Periódico de Catalunya, Historia y Vida y Nature; Nuño Domínguez, de Materia El País; y Mònica López Ferrado, de ARA. Los ocho participantes contaron como punto de partida para la discusión con una selección de artículos periodísticos de muy diversa índole publicados en The New York Times (Estados Unidos), The Guardian (Gran Bretaña), The Daily Observer (Liberia) y El País (Madrid) y La Vanguardia (Barcelona). Tanto los artículos como la discusión que se generaron durante el debate formarán parte de una nueva publicación de la Fundación Dr. Antonio Esteve que se podrá descargar o solicitar gratuitamente.