Sus hallazgos sobre la función de los canales iónicos en las células individuales le llevaron a recibir en 1991, junto a Erwin Neher, el máximo galardón en fisiología o medicina. Bert Sakmann (1942) es también uno de los responsables de la técnica denominada patch clamp, que sigue aplicándose en la actualidad para estudiar el funcionamiento de las células en numerosas enfermedades, como las neurodegenerativas. Este neurofísico alemán fue uno de los invitados a la cita que cada año tiene lugar en Lindau y que reúne a prestigiosos Premios Nobel para que compartan su experiencia con jóvenes investigadores de todo el mundo. La Fundación Dr. Antonio Esteve e Indagando TV aprovecharon la ocasión para entrevistar a una de las máximas eminencias en el estudio de la anatomía del cerebro.

85 años separan a la obtención del Premio Nobel por parte de Santiago Ramón y Cajal en 1906 de la mención a Sakmann y, sin embargo, “sus hallazgos y sus bellos dibujos de diferentes tipos de neuronas y sus conexiones siguen estando en la base de todo”, afirma el científico alemán. A Sakmann el Nobel no le cambió la vida pero sí la forma de trabajar: “Fue una oportunidad para investigar de una manera totalmente independiente de distracciones externas. Hacer ciencia se convirtió en algo más fácil”, sostiene.

Como director de uno de los grupos de investigación del Instituto Max Planck de Neurobiología, Sakmann ha basado toda su carrera en los procesos que se dan lugar en el cerebro. “Hoy sabemos, por ejemplo, en qué parte del cerebro ocurre el proceso de aprendizaje –explica en la entrevista-. Sin embargo, la falta de modelos animales que reproduzcan fielmente el cerebro humano impide que podamos conocer muchos procesos, como el de la emoción o el origen de muchas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson”.

Otro de los grandes retos en el estudio del cerebro, puntualiza Sakmann, es el de lograr una técnica capaz de observar el funcionamiento del cerebro en su conjunto. “Hoy podemos ver el cerebro en vivo a dos resoluciones. Por un lado, a través de la resonancia magnética, que tiene una relación muy indirecta con la actividad eléctrica. Por el otro, podemos obtener una visión de detalle a una muy alta resolución de la actividad eléctrica pero ésta queda restringida a unas estructuras muy poco profundas, de aproximadamente un milímetro. Por lo tanto, estos métodos quedan restringidos a la mera superficie del cerebro”, explica el Premio Nobel.

¿Cómo se almacenan los recuerdos? ¿Cómo se inicia un simple comportamiento? Son procesos cerebrales que todavía están en el aire. Por ello, a Sakmann le gustaría jubilarse habiendo asistido a un gran hito sobre el cerebro. “Me fascinaría disponer de un diagrama completo del cableado de todo el cerebro, aunque fuera del cerebro de un ratón, para poder empezar a estudiar qué ocurre en la estructura de ese cerebro cuando se aprende algo o cuando se reconoce un objeto. Ése sería mi sueño”, concluye el científico.