Erwin Neher tenía 47 años cuando recibió el Premio Nobel de fisiología o medicina en 1991 junto a Bert Sakmann por desarrollar la técnica Patch clamp, que permite el estudio individual o múltiple de canales iónicos. 26 años más tarde, este físico alemán acudía a la cita que cada año tiene lugar en Lindau y que reúne a prestigiosos Premios Nobel para que compartan su experiencia con jóvenes investigadores de todo el mundo. La Fundación Dr. Antonio Esteve e Indagando TV aprovecharon la ocasión para entrevistar a una de las máximas eminencias en el estudio de la electricidad en el cuerpo humano.

Un galardón que, asegura, no ha sabido degustar hasta el paso de los años. “El problema, como Premio Nobel, es que estás expuesto a muchas más influencias externas que quieren cambiar lo que haces e involucrarte en todo tipo de cosas. Tienes que tener cuidado para evitar todo eso”, explica. “El efecto realmente positivo es que ahora que estoy jubilado puedo seguir investigando. La gente realmente no te presiona para que te jubiles”.

“Está bastante claro que la sociedad y la política en particular presionan para obtener resultados inmediatos, tratamientos rápidos” –prosigue-, “pero como científico que trabaja en investigación básica, tengo que repetir y repetir que la innovación viene del conocimiento. Y la innovación revolucionaria, la verdadera gran innovación, proviene de nuevos conocimientos”.

Conocimiento e innovación que Neher y Sakmann revolucionaron con la técnica Patch clamp. Muchas funciones de nuestro cuerpo, como la contracción de los músculos o los impulsos nerviosos, dependen del transporte de electricidad que viaja dentro y fuera de nuestras células. La electricidad atraviesa la membrana de las células a través de una especie de túneles llamados canales iónicos. Un defecto, una mutación, en estos canales, da origen a la aparición de muchas enfermedades como la diabetes o la fibrosis quística. La técnica de Patch clamp permite medir y estudiar la corriente eléctrica cuando atraviesa la membrana de las células como nunca antes se había hecho, poro a poro, canal a canal, con una precisión única.

“Estoy emocionado y feliz por el hecho de que los canales iónicos sean diana para muchos medicamentos” –afirma Neher-. “Ser capaces de estudiar los canales y la corriente eléctrica en las células de las personas que tienen estas enfermedades permite dar indicaciones en terapia y abre en muchos casos nuevas vías para el tratamiento de estas enfermedades o reduce sus consecuencias”.

Durante la entrevista en los Lindau Nobel Laureate Meetings de 2017, Neher explica por último cómo descubrió su vocación científica. “De niño estaba interesado en la naturaleza, en los seres vivos, y también en los instrumentos, en relojes, radios, etcétera. Y entonces, cursando la escuela secundaria, leí sobre electricidad, sobre la electricidad en nuestro cuerpo, y me fascinó. Quise convertirme en científico para estudiar este fenómeno”.

Ver entrevista a Bert Sakmann