El editor de la publicación científica amenaza al autor de la polémica investigación sobre un maíz de Monsanto con retractar su artículo si no lo hace él mismo

MANUEL ANSEDE / NOTICIA MATERIA

Fue una bomba. Una revista científica considerada seria publicaba un estudio científico que vinculaba la ingesta de un maíz transgénico de Monsanto con tumores galopantes en ratas. En las fotografías aparecían roedores con tumores del tamaño de una pelota de ping pong y el autor del trabajo, el biólogo francés Gilles-Eric Seralini, atribuía la altísima mortalidad, del 50% en machos y del 70% en hembras, a su alimento genéticamente modificado.

En seguida, los expertos salieron en tromba a criticar el diseño inadecuado del estudio y hasta la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) lo rechazó por su “calidad científica insuficiente”. Sin embargo, la revista que lo publicó en septiembre de 2012, la Food and Chemical Toxicology, mantuvo su validez. Hasta ahora. El editor de la publicación, Wallace Hayes, ha enviado una carta a Seralini tirando por tierra sus resultados. “El panel [de expertos de la revista] tenía muchas dudas sobre la calidad de los datos y finalmente recomendó retirar el artículo. He intentado contactar con usted para discutir las razones de esta retirada. Si usted no está de acuerdo en retirar el artículo, será retractado”, advierte el editor a Seralini, aparentemente ilocalizable.

La revista denuncia algunos de los agujeros negros que ya detectó la EFSA hace más de un año: la cepa de ratas empleada por Seralini en su estudio es propensa a desarrollar tumores de manera natural y además el investigador apenas utiliza 10 ratas por grupo de estudio, una cantidad insuficiente para saber si un alto número de casos de cáncer es casual o causado por el alimento.

“Estaba claro, incluso con una lectura superficial, que este estudio no era apto para su publicación, y en este caso el proceso de revisión por otros científicos no funcionó correctamente. Pero al menos esto ha sido ahora subsanado y la revista ha reconocido que no se pueden sacar conclusiones de este estudio, así que supongo que es mejor tarde que nunca. Lamentablemente, la retirada de este estudio no generará el ruido producido por su publicación”, ha declarado David Spiegelhalter, experto en comprensión pública del riesgo de la Universidad de Cambridge, a Science Media Centre.