Su anuncio multiplicó el interés por el VIH y por medidas de prevención como preservativos

JAVIER SALAS / NOTICIA MATERIA

Vivimos en un mundo en el que las celebridades y sus vicisitudes pueden acaparar la atención y las conversaciones de mucha gente durante mucho tiempo. También influyen en nuestro comportamiento incluso propagando hábitos poco saludables. Pero, ¿puede usarse su influencia para el bien común?

Charlie Sheen está lejos de ser un modelo a seguir en materia de salud, pero su extraordinaria visibilidad puede haber ayudado a recuperar para el debate público el problema de la prevención en la lucha contra el sida. “VIH son tres letras difíciles de asimilar”, aseguró el actor al desvelar su condición de portador del virus en televisión. Sheen reconoció que tiene “una responsabilidad” para mejorar y “ayudar a más gente”. Y puede que lo esté consiguiendo gracias al revuelo que levantó en las noticias de todo el mundo.

El día de la revelación de Sheen coincidió con un aumento del 265% de noticias que citaron el VIH. Esto coloca la confesión de Sheen entre el 1% de los eventos noticiosos más destacados de la historia del VIH: provocó el mayor número de búsquedas de Google relacionadas con este tema que jamás se ha registrado en EE UU en un solo día.

“Al igual que con el anuncio de otras celebridades, como Magic Johnson y Rock Hudson, la revelación de Sheen puede suponer igualmente un nuevo impulso para la sensibilización y la prevención del VIH

Lo más importante de estos datos, que se publican en la revista médica JAMA Internal Medicine, es que el interés de la gente no se redujo al cotilleo puro y duro: al día siguiente, las búsquedas relacionadas con preservativos crecieron un 72% por encima de lo esperable; las consultas sobre los síntomas del VIH crecieron 540%, y las búsquedas relacionadas con la prueba para detectar el VIH subieron un 214% hasta 72 horas más tarde del anuncio de Sheen.

“Al igual que con el anuncio de otras celebridades, como Magic Johnson y Rock Hudson, la revelación de Sheen puede suponer igualmente un nuevo impulso para la sensibilización y la prevención del VIH”, aseguran los autores del estudio, de varias universidades de EE UU. En los últimos años, se ha observado que en los países ricos se ha detenido el descenso en nuevos contagios, lo que muestra un problema con las actuales políticas de prevención.

Hay una gran cantidad de estudios sobre el tremendo impacto que los famosos pueden tener sobre la percepción de una enfermedad

“Los esfuerzos para aprovechar el efecto Charlie Sheen, como coordinar una cobertura de prensa centrada en la prevención, pueden ser aconsejables. Si bien nadie debe ser forzado a revelar su condición, la revelación de Sheen puede beneficiar a la salud pública ayudando a muchas personas a aprender más acerca de la infección por VIH y su prevención”, afirman los investigadores en las conclusiones de su artículo, donde recomiendan que se haga un esfuerzo para conseguir que este beneficio sea mayor y duradero.

El anterior ejemplo de este fenómeno que mezcla a las celebrities con la salud fue el de Angelina Jolie y sus decisiones para prevenir el desarrollo del cáncer en su organismo, tanto con mastectomías como extirpando sus ovarios. Tim Caulfield, investigador de la Universidad de Alberta especializado en salud pública y fenómenos mediáticos, estudió a fondo la repercusión de Jolie en la búsqueda de información sobre cáncer y pruebas genéticas. Consultado sobre el estudio sobre Sheen, considera que estos datos se mueven en la misma dirección. “No hay duda de que las celebridades pueden enfocar debates acerca de nuestra salud. Hay una gran cantidad de estudios sobre el tremendo impacto que pueden tener sobre la percepción de una enfermedad o una condición”, asegura.

Sin embargo, este investigador cree que hay que tener cuidado de no sobreinterpretar lo que ocurre. “Los famosos son muy buenos para iniciar una conversación pero, ¿aumentan la comprensión? ¿Aclaran o confunden?”, se pregunta Caulfield, autor de un libro sobre la influencia de los famosos en la salud. Su investigación sobre Angelina Jolie obtuvo resultados mixtos: un gran porcentaje de las personas estaba al tanto de su situación, pero no necesariamente entendían mejor la situación. “Descubrimos que en los medios de comunicación rara vez se abordó la complejidad de su estado”, explica.

“Los famosos son muy buenos para iniciar una conversación pero, ¿aumentan la comprensión? ¿Aclaran o confunden?

Caulfield explica que algunos expertos piensan que los famosos deben mantenerse alejados de las discusiones sobre temas científicos complejos como, por ejemplo, la detección del cáncer. “Pero estoy de acuerdo en que la situación de Sheen es un buen ejemplo sobre cómo una celebridad puede ayudar a concienciar al agitar la discusión pública acerca de un tema de salud importante”, admite el investigador. Los famosos abren el debate, pero es importante estar ahí para que sean los expertos quienes digan la última palabra: por ejemplo, Sheen reconoció que acudió a un curandero para tratar su condición. Afortunadamente, volvió a su tratamiento médico y recomendó que nadie más juegue con su salud por medio de estos remedios alternativos que no han demostrado ninguna utilidad.