La revista ‘Nature’ ha seleccionado a diez personas relevantes para la investigación en el año

DANIEL MEDIAVILLA / NOTICIA MATERIA

Como es tradicional al acabar el año, las revistas científicas hacen balance y publican sus especiales sobre hitos y personas determinantes durante los últimos doce meses. La revista británica Nature ofrece en su edición de esta semana una lista sobre 10 personas que fueron importantes en varios campos científicos. Tres estadounidenses, dos indios, una iraní, una japonesa, un sierraleonés, un italiano y un holandés; cuatro mujeres y seis hombres que representan, con todas las limitaciones de estas listas, parte de los logros científicos que acabaron de florecer el año que termina.

1. Suzanne Topalian: el sistema inmune contra el cáncer

Hace más de un siglo ya se observó que, azuzado de manera adecuada, nuestro sistema inmune podía ser un aliado esencial para combatir al cáncer. Sin embargo, los tratamientos que intentaban emplear esa estrategia no acabaron de prosperar. En julio de este año, se aprobó en Japón una de estas terapias para combatir el melanoma avanzado. El nivolumab, producido por la farmacéutica Bristol-Myers, forma parte de una familia de compuestos que permiten a los linfocitos T atacar a los tumores.

Suzanne Topalian, ahora en la Universidad Johns Hopkins, lleva desde mediados de los ochenta trabajando en la aplicación de la inmunoterapia contra el cáncer. En 2006, comenzó a colaborar con los primeros ensayos para poner a prueba el nivolumab y seis años después participó en la publicación de los resultados que mostraban la eficacia de la molécula para tratar el melanoma y el cáncer de pulmón. El trabajo de Topalian ha sido clave para abrir una nueva vía para combatir los tumores.

2. Sheik Humarr Kahn: el héroe (más visible) del ébola

El 28 de agosto de este año, un grupo de 50 investigadores de cuatro países publicó el resultado de la secuenciación de 99 genomas del virus del ébola. Así se logró encontrar más de 300 cambios genéticos que diferencian a esta variante de otras aparecidas durante las últimas décadas. Estas mutaciones que alteran las secuencias de proteínas del virus y cambian su comportamiento o la manera en que daña a sus víctimas, pueden convertirse en dianas sobre las que disparar fármacos, una herramienta para diagnosticar mejor o una base sobre la que crear una vacuna.

De aquellos 50 investigadores que habían tomado las muestras del patógeno, cinco habían muerto. Uno de ellos era Sheik Humarr Kahn, director del Hospital Gubernamental en Kenema (Sierra Leona). Este médico había rechazado ofertas para abandonar el país por su deseo de quedarse para poder tratar a los enfermos. Expertos como él han estado entre las principales víctimas y, además de la pérdida humana, serán necesarios años para recuperar el talento y el conocimiento perdidos.

3. Maryam Mirzakhani: las matemáticas son cosa de chicas

La primera Medalla Fields se entregó en 1936 y a partir de la segunda edición, en 1950, se ha seguido entregando cada cuatro años. Este galardón, el más prestigioso que puede recibir un matemático, nunca había sido entregado a una mujer. Hasta este año. Maryam Mirzakhani, una matemática nacida en Irán que ha desarrollado su carrera en EEUU, ha sido premiada por un trabajo que toca campos dispares como la topología, la geometría y los sistemas dinámicos.

Mirzakhani ha comentado a Nature que durante su carrera no ha encontrado una discriminación evidente contra las mujeres, pero afirma que existen fuerzas culturales sutiles que pueden minar su confianza. Entre estos obstáculos, menciona la escasez de investigadoras -en las universidades de EEUU, solo son un 30% de los estudiantes de doctorado- o la percepción entre las chicas de que las matemáticas “no son guays”.

4. Andrea Accomazzo: aterrizar sobre un cometa

Andrea Accomazzo es el director del que quizá ha podido ser el momento científico más épico de este año. Después de un viaje de 6.400 millones de kilómetros desde la Tierra, en agosto, la sonda Rosetta se encontró con el cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko. Una vez colocado en su órbita, a medio millón de kilómetros, en algún lugar entre Marte y Júpiter, el equipo de la Agencia Espacial Europea (ESA) dirigido por Accomazzo logró hacer aterrizar sobre el cometa una pequeña sonda bautizada como Philae. Era la primera vez que se obtenía información directamente en la superficie de un cometa.

Accomazzo, que ya trabajó en la misión de la ESA que colocó una sonda en la órbita de Venus, trabaja ahora en el diseño de los proyectos que planea la agencia para llegar a Mercurio, Marte y Júpiter. En su juventud fue piloto de caza de las fuerzas aéreas italianas, un trabajo en el que adquirió una capacidad que, comenta en Nature, le ha sido muy útil para dirigir Rosetta con éxito: ser capaz de tomar decisiones en segundos.

5. Koppillil Radhakrishnan: el tercer mundo llega a Marte

La mitad de los intentos para colocar una sonda en Marte han fracasado. La dificultad de completar el viaje hasta el último planeta rocoso del Sistema Solar ha llegado a introducir en la mitología del viaje espacial un monstruo marciano devorador de naves espaciales. Koppillil Radhakrishnan, director de la Organización de Investigación Espacial India (ISRO), conocía las probabilidades y su organización habló de la sonda Mangalyaan como una prueba de tecnología.

Sin embargo, cuando el 24 de septiembre lograron colocar el artefacto en la órbita de Marte, entraron en un exclusivo grupo en el que le esperaban Estados Unidos, la Unión Soviética y la Unión Europea. Ni siquiera China o Rusia han llegado tan lejos. Durante los próximos tres años, la India quiere lanzar su segunda misión lunar, continuando con un programa espacial que trata de alcanzar con humildad objetivos ambiciosos. Radhakrishnan, que también ha trabajado en el diseño de alerta frente a tsunamis o en otros satélites empleados en agricultura o control medioambiental, se retirará al final de este año.

6. David Spergel: el descubrimiento del año puede ser un error

Este lugar podría haber estado ocupado por John Kovac, del Centro para Astrofísica Harvard-Smithsonian (EEUU). Él y su equipo anunciaron en una rueda de prensa a principios de este año la probable detección de ondas gravitacionales procedentes del origen del cosmos. Esa señal habría sido la primera prueba directa de que en sus primeros instantes de vida, el universo experimentó una enorme expansión llamada inflación cósmica.

Estos espectaculares resultados se pusieron en duda poco tiempo después y el espacio de Kovac entre los científicos más destacados del año lo ocupa David Spergel, un investigador de la Universidad de Princeton (EEUU). Spergel mostró sus dudas ante la posibilidad de que la señal recogida por el telescopio BICEP2 hubiese sido producida por polvo del espacio cercano. Está previsto que próximamente aparezca un análisis de los datos que zanjaría la controversia. No obstante, es probable que otros científicos se lo piensen antes de anunciar a los medios un hallazgo digno de Nobel antes de tenerlo todo bien atado.

7. Masayo Takahashi: un respiro para las células madre

Después de diez años de trabajo, Masayo Takahashi vio este año cómo se trasplantaban las células que ella había cultivado en la parte posterior de la retina dañada de una mujer de setenta años. La investigadora del centro RIKEN para la Biología del Desarrollo, en Kobe, Japón, había creado esas células a partir de células madre pluripotentes, capaces de transformarse en una gran cantidad de tejidos para tratar un buen número de enfermedades.

El triunfo llegó en un año complicado para las células madre y en particular para el centro RIKEN. En enero de este año, se publicaron dos artículos en Nature en los que científicos de este centro anunciaban un método rápido para crear células madre pluripotentes. El trabajo, alabado en un principio, acabó recibiendo duras críticas tras el descubrimiento de que algunas cifras se habían manipulado. Yoshiki Sasai, supervisor de Haruko Obokata, la autora principal del estudio, se suicidó en agosto. Ahora, Takahashi trata de mejorar sus trasplantes de células introduciendo fotorreceptores para devolver parte de la visión perdida a personas con degeneración macular. Para lograrlo, empleará una técnica para cultivar tejido de retina creada por Sasai.

8. Radhika Nagpal: enjambres de minirrobots a nuestro servicio

Este año, la investigadora de la Universidad de Harvard (EEUU) y su equipo lograron un hito en el desarrollo de robots inspirados en la biología. Copiando algunos de los comportamientos de insectos sociales como las hormigas o las abejas para construir sus hormigueros o colmenas, el equipo de Nagpal diseñó un enjambre de 1024 kilobots sin un control central. Estos minirrobots medía cada uno unos pocos centímetros de alto y de ancho y se arrastraban por el suelo impulsándose con tres patas y comunicándose con sus vecinos a través de luz infrarroja.

Este sistema, según Nagpal, permite contar con una gran maquinaria con utilidades como la limpieza de desastres medioambientales, sin la necesidad de tener algoritmos que deban gestionar con precisión robots individuales. Ahora, el equipo de esta investigadora nacida en India pretende diseñar grandes enjambres capaces de autoensamblarse para formar estructuras de tres dimensiones.

9. Pete Frates: la viralidad en internet contra la ELA

La persona con más impacto público en la lista de 10 personas que, según Nature, importaron en ciencia en 2014, no es ni científico ni ingeniero ni matemático. Se trata de Pete Frates, un estadounidense que fue entrenador de beisbol hasta que, con menos de 30 años, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) le empezó a arrebatar el movimiento y la capacidad de hablar. Frates fue el impulsor del reto del cubo de hielo, una iniciativa en la que los participantes se lanzaban agua fría por encima, lo grababan y lo difundían en redes sociales para apoyar la recaudación de fondos para ayudar a financiar la investigación contra la ELA.

Hasta ahora, los participantes en esta iniciativa han subido a Facebook 17 millones de vídeos lanzándose cubos de agua por la cabeza y se han recaudado 115 millones de dólares. La cantidad casi triplica los 40 millones que dedican los Institutos Nacionales de Salud de EEUU a esta enfermedad. La ELA es una enfermedad relativamente rara, que afecta a medio millón de personas en todo el mundo (las enfermedades cardiovasculares matan alrededor de siete millones y medio de personas al año), y esta iniciativa se ha tomado como ejemplo por asociaciones de afectados por enfermedades minoritarias para llamar la atención y que la investigación no les olvide.

10. Sjors Scheres: matemáticas para ver la vida microscópica

La biología estructural, el campo que trata de conocer la forma en que se organizan los mecanismos biológicos fundamentales para averiguar cómo funcionan, tenía como herramienta fundamental la cristalografía de rayos X. Ahora, una nueva técnica conocida como criomicroscopía electrónica está llevando la capacidad para observar la maquinaria molecular de las células y de todo tipo de compuestos a un nuevo nivel de precisión. Además, el tipo de objetos que los biólogos podrán estudiar no solo dependerá de lo que es posible cristalizar.

Este logro ha sido posible gracias al trabajo de matemáticos como el holandés Sjors Scheres, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), creador de un software que es capaz de obtener imágenes de gran claridad a partir de las de textura granulada que produce la criomicroscopía electrónica. Uno de los problemas que quiere afrontar Scheres con su nuevo software es determinar la estructura de la γ-secretasa, una proteína relacionada con el desarrollo del alzhéimer. La proteína es pequeña y tiende a moverse, algo que suele producir imágenes borrosas cuando se les aplica la criomicroscopía.