Muchos tatuados sufren reacciones adversas sin que se sepa el motivo por la falta de estudios sobre la toxicidad de las nuevas tintas

JAVIER SALAS / NOTICIA MATERIA

Mucho ha evolucionado el arte del tatuaje desde que Ötzi, el hombre del hielo, se hiciera los suyos hace 5.000 años. Por desgracia, el conocimiento sobre las tintas que se usan no ha avanzado tanto como la sofisticación de los dibujos. Es más, se podría decir que nos tatuamos a ciegas, sin conocer los condimentos que se inyectan ni por qué causan rechazo y reacciones adversas de todo tipo en los tatuados. Eso es lo que denuncia un grupo internacional de expertos en la revista médica The Lancet, llamando la atención de autoridades, tatuadores y ciudadanía, ante el riesgo para la salud que supone no saber exactamente qué está provocando estos efectos secundarios en la población y, sobre todo, lo que pueda pasar en el largo plazo.

Los expertos advierten de que el mayor problema puede surgir a largo plazo, ya que no se sabe a ciencia cierta cómo interactúan con el organismo

Entre el 1% y el 5% de todos los tatuajes que se realizan en la actualidad están sufriendo infecciones bacterianas, aunque son muchos más los problemas: desde úlceras localizadas en el dibujo hasta graves casos que afectan a todo el organismo, pasando por reacciones alérgicas e inflamaciones. Un estudio alemán de 2010 reveló que el 67,5% de las personas tatuadas admitían alguna complicación en su caso y en el 6% de los sucesos este problema se había vuelto permanente. Sin embargo, solo los asuntos más severos acaban en la consulta del médico, por lo que se mantiene como un peligro soterrado.

Por ejemplo, se sabe que los tatuajes que usan tintas de colores reportan más problemas, especialmente el color rojo, que genera más reacciones alérgicas que los demás. Sin embargo, los especialistas desconocen los motivos. “La ausencia de pruebas alérgicas fiables para los colores de los tatuajes sigue siendo un problema acuciante. Más aún porque estas alergias causan no solo complicaciones graves, sino también la sensibilización ante colorantes textiles”, explican los autores del artículo, dirigido por Andreas Luch, del Instituto Federal de Alemania para la Evaluación de Riesgos.

“[Los] tintes y pigmentos utilizados tradicionalmente están siendo reemplazados por colorantes que nunca se han usado antes. Esta evolución coincide con el aumento de informes de reacciones adversas”, alertan los expertos, “y por lo tanto representa un desafío para la evaluación y regulación del riesgo de las tintas del tatuaje en todo el mundo”. Los autores de este artículo advierten de que las tintas usadas hoy en día no tienen nada que ver con las del pasado y que “ninguna” ha sido revisada desde el punto de vista toxicológico para su aplicación bajo la piel humana. “Los pigmentos fueron diseñados esencialmente para su uso industrial, no para aplicárselos a las personas”, aseguran.

El rojo es el tinte que más alergias provoca pero ninguno de los estudios realizados ha podido identificar a qué se debe

Hasta hace unos años, los problemas de salud relacionados con los tatuajes tenían más que ver con la higiene y las infecciones por culpa de locales poco cuidados y prácticas habituales como humedecer la aguja con saliva. Con la popularización de esta práctica y la introducción de serios estándares de higiene y salubridad, este problema quedó atajado. Pero la falta de regulación de los productos con los que se dibuja bajo la piel está generando nuevos problemas. Los expertos advierten de que el mayor problema puede surgir a largo plazo, ya que no se sabe a ciencia cierta cómo interactúan con el organismo y, en muchos casos, se ha observado que las reacciones tardan en surgir meses e incluso años. “Aunque las razones exactas aún no se han dilucidado, estas complicaciones retardadas son un ejemplo de un problema mucho mayor: el depósito intradérmico de los pigmentos del tatuaje supone una exposición de por vida”, aseguran los especialistas.

Un estudio realizado por las autoridades suizas entre 2008 y 2013 en las tintas de tatuaje encontró 39 colorantes orgánicos distintos, ninguno de los cuales había sido examinado para su uso en contacto con la piel humana, a pesar de que su uso se había convertido en mayoritario en esas mismas fechas. Las nuevas tintas, junto a los colorantes, contienen metales pesados y el estudio de su composición revela titanio, aluminio, cobre, cobalto, plomo y cadmio, entre otros. Además, se usan nanopartículas de óxidos de aluminio y titanio, por ejemplo, para crear efectos y brillos en los tatuajes. No se ha estudiado cómo afectan estos cócteles bajo la piel.

Estos dibujos pueden generar diversas reacciones alérgicas, que se suelen desarrollar lentamente, por lo que la impresión de estos expertos es que no siempre tienen su origen en los elementos del tinte sino que los alérgenos se forman dentro de la piel al metabolizarlo. El rojo es el tinte que más alergias provoca, pero ninguno de los estudios realizados ha podido identificar a qué se debe. Según otros estudios, se ha observado que hasta el 20% de las muestras de tinta estaban contaminadas con bacterias, ya sea en el proceso de manufactura o por el uso de agua contaminada al realizar las disoluciones.

En Europa al menos 100 millones de personas tienen un tatuaje, pero las autoridades no regulan los tintes con los que se realizan

En Europa al menos 100 millones de personas tienen un tatuaje, pero las autoridades no regulan los tintes con los que se realizan. Varios países han reclamado a la Comisión Europea que tome medidas, ya que en la actualidad no son considerados ni cosméticos ni elementos médicos para su regulación. La Comisión señala que desde 2010 los países de la UE han notificado unas cien medidas tomadas contra tintas por suponer graves riesgos para los consumidores: Dinamarca y Austria ya han prohibido la importación de algunas tintas con elementos tóxicos, según Chemical Watch; el 70% de los tintes usados en la UE provienen de EE UU, donde tampoco se están analizando estos productos.

“Se necesitan medidas internacionales urgentes para la protección de los consumidores”, alerta el estudio. Y añaden: “Aunque la industria necesita para cumplir con las regulaciones existentes y adoptar una postura más proactiva en la seguridad de los tatuajes, los reguladores y los científicos tienen la responsabilidad de hacer frente a los posibles riesgos de los tatuajes. Lo ideal sería que estas evaluaciones dieran lugar a la aprobación de sustancias que son seguras para la aplicación intradérmica hasta una dosis definida”.