Infecciones como la del virus respiratorio sincitial son muy frecuentes en neonatos. Los anticuerpos que heredan son una opción para protegerles

EMILIO DE BENITO / NOTICIA MATERIA

Los recién nacidos llegan al mundo con un sistema inmunitario heredado de sus madres. Es una protección insuficiente ante varias infecciones. Varios laboratorios investigan cómo proteger a los recién nacidos aprovechando los anticuerpos que creen sus madres. Ello se debe a varias razones, explica David Moreno, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Sociedad Española de Pediatría. Primero, aunque se pudiera medicar al recién nacido, la respuesta ante las infecciones tarda unos 20 días. Segundo, porque a veces la vacuna aplicada en los primeros días de vida no va tan bien. La de la hepatitis B, por ejemplo, funciona, dice Moreno, pero hay otras que no solo no dan una buena protección, sino que incluso afectan a la eficacia de las siguientes tomas.

Ante esta situación, una opción es vacunar a la madre. No para evitar problemas como el de la varicela, en los que hay riesgo de malformación en niños, por ejemplo. Simplemente para que el bebé nazca ya vacunado, y evite la infección hasta que cree sus propias defensas. “Hasta ahora se usan vacunas reconvertidas”, dice Moreno. Es decir, se trata de medicamentos que se desarrollaron para usar en niños o en adultos y que se ha visto que pueden utilizarse en gestantes para que transmitan los anticuerpos a los bebés. Moreno las llama vacunas reconvertidas. Ocurre con la gripe y la tosferina. En esta última infección “vacunar al neonato no ha ido tan bien. Al hacerlo con la madre queda protegido de manera indirecta”, dice el pediatra.

El nuevo paso que están dando los laboratorios es, por tanto, crear vacunas directamente para ser utilizadas en la madre con la idea de proteger al recién nacido. El caso paradigmático es el de una de las infecciones más frecuentes en bebés: el virus respiratorio sincitial (VRS). “Lo coge cualquier niño. Igual que la gripe colapsa las UCI de adultos en los hospitales, el VRS lo hace con las pediátricas”, dice Moreno. “Mata incluso en el primer mundo”, afirma,. sobre todo en niños con otros problemas o prematuros, explica el médico, “aunque donde es un auténtico problema es en países con menos recursos”, añade.

Aún no hay vacunas para el virus respiratorio sincitial, pero la lista de candidatos en ensayos es amplia. Y ya hay laboratorios que ensayan a la vez su uso en niños y en embarazadas. Según el último recuento de la organización especializada en innovación médica PATH, por ejemplo, empresas como Novamax y GSK ya están en esta línea. “La gripe A de 2009 fue clave para abrir este camino”, dijo hace una semana Thomas Breuer, director médico de la sección de vacunas de GSK en un encuentro con periodistas en las instalaciones de Wavre (Bélgica) al que invitó a EL PAÍS. “Los casos más graves de infección por el VRS se producen en los dos primeros meses de vida”, lo que justifica este abordaje, añadió. “Si se consiguiera una vacuna contra este virus, sería un bombazo en el ámbito de salud y económico”, afirma Moreno.

Si esta primera vacuna diseñada específicamente para que llegue a los niños por vía materna tiene éxito, habrá otras infecciones que se podrán estudiar. Breuer, por ejemplo, citó la del estreptococo del grupo B, aparte de afinar las de la gripe y la tosferina.