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M. ANTÒNIA JULIÀ BERRUEZO | FÈLIX BOSCH LLONCH | Artículo original

Por primera vez en este siglo, una crisis sanitaria está afectando, en magnitud y extensión insospechadas, a toda la población humana del planeta. Es una pandemia que rápidamente ha traspasado el entorno sanitario para abarcar todos los ámbitos de la sociedad, si bien la salud ha sido la prioridad para afrontarla. Se ha implicado una cantidad ingente de profesionales de la salud, que han necesitado material de protección, herramientas de diagnóstico y tratamientos diversos para desarrollar su actividad. Al tratarse de un virus hasta ahora desconocido, se plantea una nueva necesidad además de la puramente asistencial: hay que buscar formas de prevención, diagnóstico y tratamiento que sean específicas para este virus. Por lo tanto, debería introducirse una primera reflexión sobre la importancia de la, a menudo olvidada, investigación científica.

Por otro lado, sin ninguna duda, los medios de comunicación han adquirido un protagonismo capital a la hora de informar continuamente sobre la pandemia. La ciudadanía sigue atenta la información que le llega por redes sociales, prensa, radio, televisión e internet, así como a través de múltiples ruedas de prensa y entrevistas con los protagonistas. En esta comunicación de la información surge una segunda reflexión, no menos importante, que es sobre el lenguaje. La enfermedad provocada por la pandemia ha sido etiquetada como COVID-19 (sigla del inglés coronavirus disease con la cifra 19, en referencia al año 2019 en el que surgió) y se sabe que está provocada por el coronavirus asociado a la COVID-19, también llamado SARS-CoV-2 (coronavirus-2 del síndrome respiratorio agudo grave, de la sigla inglesa SARS, severe acute respiratory syndrome), para diferenciarlo del SARS-CoV, identificado hace unos diecisiete años.  

Interesantes iniciativas han defendido la importancia del idioma y del lenguaje en esta pandemia, por la necesidad de unificar criterios y de usar correctamente la terminología. Se ha reclamado que los pacientes puedan expresarse y recibir asistencia en su idioma, sean lenguas autóctonas o lenguas minoritarias (1). En catalán, desde el TERMCAT se ha generado un diccionario en línea (con denominaciones, definiciones y notas, que incluye los equivalentes en castellano, inglés, francés y portugués); actualmente contiene un centenar de términos relacionados con la pandemia pero se prevé que supere las 400 entradas (2). En el campo de la terminología española cabe destacar la iniciativa impulsada por Tremédica y Cosnautas, con la publicación electrónica de un exhaustivo Glosario inglés-español de COVID-19 con más de 3.200 entradas de diferentes disciplinas (3).

Siguiendo la reflexión sobre la importancia de la terminología en la investigación científica, querríamos destacar la existencia del Diccionari de recerca clínica de medicaments, que fue fruto de una iniciativa compartida entre el TERMCAT y la Fundación Dr. Antoni Esteve. Se publicó en papel en 2014 (3) y está disponible en línea (4). A causa de la relevancia actual de la investigación durante la pandemia de COVID-19 y de la necesidad de investigar nuevos fármacos, antivíricos y vacunas, creemos oportuno recuperar y recordar algunos de los términos de este diccionario, con la idea de recomendar un uso adecuado. A continuación, y por criterios estrictamente subjetivos, destacamos una veintena (*con el asterisco se señala la forma catalana incorrecta):

  1. aleatorització, en lugar del anglicismo *randomització
  2. anàlisi, recordando que es un término femenino (una anàlisi, les anàlisis)
  3. assaig clínic, para recordar que en contextos técnicos es más habitual el plural assaigs que pasassajos
  4. assaig amb cegament doble, en lugar de *assaig en doble cec
  5. avaluació d’experts, en lugar del mote inglés peer review
  6. biaix, cuando nos referimos al sesgo del castellano
  7. cribratge, en lugar de screening o *cribatge
  8. efecte romanent, en lugar de carry-over
  9. esdeveniment advers, en lugar de *event o *aconteixement advers
  10. estudi pivot, en lugar de estudi *pivotal
  11. fàrmac d’imitació, en lugar de fàrmac me-too
  12. grandària de la mostra, en lugar de *tamany de la mostra
  13. llista de comprovació, en lugar de checklist
  14. medicament, más habitual que medecina
  15. medicament supervendes, en lugar del término inglés blockbuster
  16. metanàlisi, en lugar de *metaanàlisi (y recordando que es un mote femenino)
  17. monitoratge de un estudio o de los enfermos, en lugar de *monitorització
  18. període de depuració, en lugar del mote inglés washout o de *període de blanqueig
  19. període de tempteig, en lugar del mote inglés run-in
  20. prova de concepte, en lugar de proof-of-concept
  21. serendipitat, en lugar de *serendipia
  22. test/testar, para recordar que, en este sentido, en plural es más habitual tests que testos

Para concluir, la criss por la pandemia de la COVID-19 ha hecho resurgir muchas necesidades y ha evidenciado las carencias en torno al ámbito sanitario. Sin embargo, no se deberían excluir otros enfoques entre los cuales, sin duda, el uso de la lengua y la correcta terminología merecen un lugar y una reflexión destacados.

Referencias bibliográficas

  1. Institut canadien de recherche sur les minorités linguistiques. La importància de les llengües de comunicació i servei en el context de la COVID-19 [Internet]. Moncton (NB): Université de Moncton (Canadà); 2020 [consultat el 10 de maig 2020]
  2. TERMCAT, CENTRE DE TERMINOLOGIA. Termes del coronavirus [en línia]. Barcelona: TERMCAT, Centre de Terminologia, cop. 2020. (Diccionaris en Línia)
  3. Saladrigas MV, Navarro FA, Gómez Polledo P (2020). Glosario de covid-19 (EN-ES). Tremédica-Cosnautas. 
  4. Bosch F, Baños JE, Cobos A. Diccionari de recerca clínica de medicaments. Barcelona: Termcat i Fundació Dr. Antoni Esteve, 2014. (se pueden solicitar ejemplares gratuitos a fundacion@esteve.org)

TERMCAT i Fundació Dr. Antoni Esteve. Diccionari de recerca clínica: farmacologia. Diccionari en línia, 2012.