El análisis molecular de un tumor primario a través de un test genético puede determinar la evolución de metástasis futuras

JESSICA MOUZO QUINTÁNS / NOTICIA MATERIA

Por el análisis minucioso de la genética de los tumores pasan ahora la mayoría de las respuestas para tratar el cáncer de mama. Los test genéticos de las neoplasias (el estudio de la biología del tumor) han revolucionado la praxis clínica al predecir con más precisión el pronóstico de cada paciente y el tratamiento más adecuado a su tipo de tumor. Pero ahora, un grupo de investigadores del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) han ido un paso más allá y han probado que, a través del test genético de un tumor primario, se puede predecir, además del tratamiento más adecuado para ese estadio de la enfermedad, la probabilidad de desarrollar metástasis y, en última instancia, la evolución de la recidiva y la terapia más adecuada para combatirla.

La bola de cristal para predecir el futuro de un tumor de mama pasa por estudiar los patrones genéticos de la neoplasia. “Hay muchos test en cáncer de mama precoz pero nosotros hemos probado su eficacia para predecir la evolución de la enfermedad en otro contexto, en cáncer de mama metastásico para pacientes hormonosensibles”, explica el doctor Aleix Prat, responsable del grupo de genómica traslacional del VHIO, jefe del Servicio de Oncología del Hospital Clínic y del equipo de investigación Genómica translacional y terapias dirigidas en tumores sólidos del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS). El tumor de mama (el más común entre las mujeres en España con 25.000 nuevos casos al año) se cura en el 85% de los casos. Del otro 15% restante que desarrolla metástasis, el 70% son pacientes sensibles al tratamiento hormonal y a ellas se dirige el hallazgo. El estudio, en el que ha participado el VHIO, el IDIBAPS y un equipo del Royal Marsden de Londres, se ha publicado en la revista científica JAMA Oncology.

Prat y su equipo han demostrado que la variable más importante para predecir el comportamiento futuro del tumor es su propia genética. Hasta ahora, los oncólogos se centraban en estudiar otras variables “más inespecíficas”, como la edad de la paciente o el número de metástasis, para decidir el tratamiento adecuado. Sin embargo, el investigador ha demostrado que incluso este grupúsculo de tumores de mama metastásicos hormonosensibles es muy heterogéneo —hay cuatro subtipos moleculares según su expresión genética— y es necesario afinar el tratamiento para combatirlo de forma más eficaz.

La variable más importante para predecir el comportamiento futuro del tumor es su propia genética

En concreto, los científicos analizaron genéticamente muestras de tumores hormonosensibles de 821 pacientes que recibieron tratamiento hormonal para su enfermedad avanzada. Los investigadores clasificaron los tumores según los patrones genéticos y relacionaron esta clasificación con la supervivencia de las pacientes. “Vimos que, en cuanto al pronóstico, la biología del tumor es más importante que la edad del paciente o si ha recibido tratamiento o no. Por ejemplo, si el tumor el Luminal A [uno de los subgrupos], las metástasis se pueden controlar con tratamiento hormonal unos dos años. Sin embargo, en las pacientes con tumores HER2-Enriched [otro de los subtipos genéticos] vemos que las metástasis se hacen resistentes al tratamiento hormonal a los cuatro meses”, explica Prat.

Los investigadores también han descubierto que los patrones genómicos de los tumores de mama son tan estables en el tiempo que incluso en el mismo test genético que analiza el tumor primario ya se puede predecir la evolución que tendría una metástasis futura.”La biología del tumor no cambia. Hay una estabilidad genómica en el curso de la enfermedad”, señala el investigador principal del estudio.

“La biología del tumor no cambia. Hay una estabilidad genómica en el curso de la enfermedad”, señala el investigador principal del estudio

Prat alerta de que este hallazgo abre la puerta a aplicar esta clasificación genómica en ensayos clínicos que ya están en marcha y en los que no se tienen en cuenta los patrones genéticos, sino solo los clínicos convencionales. “A partir de ahora hay que replantear la estrategia terapéutica y basarla en la clasificación biológica del tumor y no en las características clínicas”, apunta el médico. Con todo, Prat avisa de que esta predicción más precisa no curará la enfermedad, sino que mejorará la supervivencia al administrar tratamientos más dirigidos. “En el cáncer de mama estamos dando pasos agigantados. El objetivo es cronificar la enfermedad metastásica”, añade.