La asociación mental entre hombre de raza negra y amenaza varía durante el ciclo cardíaco

MIGUEL ÁNGEL CRIADO / NOTICIA MATERIA

Los latidos del corazón pueden activar prejuicios raciales que la consciencia oculta. En un experimento con imágenes de hombres de raza negra y blanca portando objetos inofensivos o armas, los investigadores comprobaron que durante el latido cardíaco (sístole) las personas tendían a ver armas en manos de los negros aunque llevaran unos alicates. La investigación muestra cómo los distintos estados corporales pueden afectar al cerebro.

El hecho de que muchas personas de raza blanca tiendan a asociar a las de raza negra con una amenaza lo ha demostrado ya la ciencia. Diversos experimentos han mostrado cómo se activa el circuito neuronal del miedo en el cerebro de los blancos ante una persona negra. En EE UU, están los datos más dramáticos: los negros tienen casi cuatro veces más posibilidades de morir por disparos de la policía.

Lo que se desconocía es que los latidos del corazón modulan la manifestación del prejuicio. Es lo que ha comprobado un grupo de investigadores británicos que sometieron a una treintena de voluntarios a una serie de tests psicológicos y una prueba habitual en el entrenamiento de la policía, la de distinguir a los buenos delos malos a la hora de disparar.

Durante la sístole cardíaca, los errores motivados por los prejuicios raciales aumentan

En uno de los test tenían que ver una sucesión de imágenes de negros y blancos intercaladas con otras de armas o herramientas, como unos alicates o una llave inglesa. En otra prueba tenían que ver fotografías de hombres de ambas razas armados con una pistola o con un simple móvil. La sucesión de escenas era muy rápida, buscando evitar el razonamiento moral y que respondiera la parte menos consciente del individuo.

Lo primero que observaron fue, de nuevo, la persistencia del prejuicio hacia los negros. En el primer ejercicio, los participantes tendían a ver un arma donde había una herramienta cuando la imagen inmediatamente anterior era de un hombre de raza negra. Lo llamativo es que la identificación de las armas era igual si la fotografía previa era de una u otra raza. Donde se produjeron los errores era al convertir las herramientas de bricolaje en un arsenal.

En el segundo ejercicio el resultado fue similar. Los voluntarios, como si fueran policías, tenían que disparar cuando vieran a un hombre blanco o negro armado y no hacerlo si lo que llevaba en la mano era el teléfono móvil. De nuevo, los disparos sobre personas desarmadas y negras superaron a los que recibieron los blancos desarmados.

Pero, tal y cómo explican en la revista Nature Communications, la intensidad del prejuicio racial variaba durante el ciclo cardíaco. Así, el porcentaje de identificaciones erróneas era mayor cuando el visionado de imágenes de hombres negros coincidía con la sístole cardíaca. Sin embargo, este incremento desaparecía con la relajación del músculo, cuando el corazón se dilata, o diástole. La diferencia fue de casi el 20% más de errores en el primer ejercicio y de un 10% en el segundo.

“Creemos que esta modulación del prejuicio sucede como un reflejo de este mecanismo neurofisiológico que acentúa o inhibe el procesamiento de las amenazas”, explica el investigador de la escuela Royal Holloway de la Universidad de Londres y coautor del estudio, Ruben Azevedo. Este mecanismo está basado en la actividad de los barorreceptores cardíacos, unas terminaciones nerviosas sensibles a la presión arterial y que informan al cerebro del estado del corazón. “Esto nos está diciendo que los estados de nuestro cuerpo, en particular la actividad cardíaca, influyen en la manera en la que percibimos el mundo y cómo reaccionamos”, añade.