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  • La Fundación Dr. Antoni Esteve publica una nueva entrega de su serie sobre epónimos médicos catalanes

  • Incluye a 19 médicos de los últimos 300 años que han dado nombre a 57 síntomas físicos, síndromes o enfermedades

  • El bálsamo catalán, la técnica de Prats o el anillo de Puig Massana son algunos de los epónimos incorporados

  • El libro se puede descargar de forma gratuita en la web de la Fundación Dr. Antoni Esteve: https://www.esteve.org/libros/eponimia-medica-catalana-iv/

En medicina, es común denominar síntomas físicos, síndromes o enfermedades con el nombre de aquellas personalidades que las describieron por primera vez. Es lo que se conoce como epónimos. Después de recopilar un centenar de contribuciones de médicos catalanes en la historia de la medicina a lo largo de veinte años y de presentarlos internacionalmente a través del libro Catalan physicians’ contributions to medicine: a historical view through eponyms, Elena Guardiola y Josep-Eladi Baños siguen con su labor de investigación histórica y presentan ahora el cuarto volumen de la serie Eponímia mèdica catalana.

Esta nueva publicación, que consta de 20 capítulos, incluye a 19 médicos de los últimos 300 años y que han generado 57 epónimos. Algunos de ellos se mantienen vivos en la práctica clínica, como es el caso de las glándulas de Bartrina-Motz, en el campo de la anatomía, o la técnica de Prats y el anillo de Puig-Massana, técnicas quirúrgicas todavía vigentes. El libro también incluye otros epónimos como el bálsamo catalán, utilizado en el siglo XIX para tratar heridas, hemorragias y hemoptisis y conocido con este nombre porque se inventó en la ciudad de Barcelona.

La publicación no solo identifica los epónimos médicos de origen catalán sino que también aporta información sobre qué se describe con cada uno de ellos y sobre la persona que da nombre a esta terminología médica. Además, cada capítulo identifica la publicación original en la que se describía por primera vez aquello que había sido el origen del epónimo o en qué lugar se había utilizado por primera vez, situándolos en el contexto y en la realidad histórica de aquellos momentos.

Elena Guardiola, miembro de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, y Josep-Eladi Baños, rector de la Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya, han identificado y estudiado desde 2004 más de un centenar de médicos catalanes que han originado más de 300 epónimos de toda índole. También han localizado un buen número de epónimos que se corresponden con el nombre del centro, hospital o ciudad donde trabajan los autores. También han descubierto que hay una buena cantidad de plantas, insectos y otros animales que llevan el nombre de médicos catalanes, muchos de los cuáles también fueron importantes botánicos o naturalistas. A través de su labor, han visto nacer y crecer algunos epónimos que son contribuciones muy relevantes de nuestra medicina actual.

“Nuestro interés particular y compartido por la terminología y el lenguaje médico, así como por la historia de la medicina catalana, es el que nos movió a recopilar información sobre epónimos médicos de origen catalán”, apuntan los autores. “Estábamos interesados en descubrir aquellas personas que habían destacado en algún aspecto de la medicina y en saber cómo, cuando y por qué su nombre había quedado ligado como parte integrante del lenguaje médico”.

“Todos los epónimos tienen un valor histórico que nadie puede menospreciar y, concretamente dentro de la historia de la medicina, su conocimiento forma parte del núcleo del saber acumulado, de lo que tendríamos que llamar patrimonio eponímico”, concluye Lluís Guerrero, académico numerario de la Real Academia de Medicina de Catalunya y director de la revista Gimbernat. Revista de Historia de la Medicina y de las Ciencias de la Salud.